Es frecuente y normal que el cuidador experimente pena, culpa, enojo, vergüenza, soledad y posiblemente otros.
Pena: es una respuesta natural para alguien que haya experimentado una pérdida. Además, la degradación progresiva tanto emocional como del comportamiento del paciente hace que este sentimiento no se mitigue con el paso del tiempos. Muchos cuidadores encuentran que la integración en grupos de autoayuda de Alzheimer es la mejor manera de poder continuar.
Culpa: es muy común sentirse culpable por sentirse incómodo por el comportamiento de la persona, por enojarse con ella, o por sentir que ya no puede continuar y está pensando en un internamiento. Puede ser útil hablar con otros cuidadores y amigos sobre estos sentimientos.
Enojo: puede estar dirigido contra la persona, el médico o la situación, dependiendo de las circunstancias. Es importante distinguir la irritación por el comportamiento de la persona, producto de su enfermedad, y su enfado con la persona misma. A veces, el cuidador puede sentir momentáneamente agresividad hacia la persona que está cuidando. En estos casos, conveniente buscar ayuda profesional.
Estrés: usualmente, el cuidador debe compaginar sus cuidados hacia el paciente con otras tareas domésticas o profesionales como cocinar, arreglar la casa o incluso trabajar profesionalmente en casa como diseñador, maquetista, consultor, etc. Esta suma de responsabilidades puede ser muy estresante. El compartir estas con los demás miembros de la familia o con un profesional puede aliviar la situación
Vergüenza: a veces, si el paciente se comporta inadecuadamente en público, el cuidador puede sentirse incómodo. Esta incomodidad puede desaparecer cuando se comparten experiencias con las de otros cuidadores que están pasando por las mismas situaciones. También ayuda el dar explicaciones sobre la enfermedad a amigos y vecinos para que puedan comprender mejor los comportamientos de la persona.
Soledad: es muy frecuente que los cuidadores terminen por apartarse de la sociedad, limitándose a estar con la persona enferma en sus casas. Ser cuidador puede resultar un trabajo doblemente solitario, por haber perdido la relación con la persona y haber perdido otros contactos sociales. La soledad agrava la situación del cuidador. Es importante mantener las amistades y contactos sociales y cuando sea posibla participar en alguna de las muchas asociaciones de familiares de pacientes con Alzheimer que existen a lo ancho de todo el país.
Fuente: Neurologia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario