Est. Daniel Arturo Piñango Delgado.
Est. Claudio Julio Fontalvo.
Dra. Danet Martinez. Tutora
Republica Bolivariana de Venezuela. Ministerio del Popular para la Educación Universitaria. Universidad Nacional Experimental Rafael María Baralt. Programa Nacional de Formación en Medicina Integral Comunitaria
RESUMEN
Se realizó un estudio descriptivo, de corte transversal, para caracterizar la sexualidad en pacientes de la tercera edad, pertenecientes a la Comunidad Altos del Sol Amada, Maracaibo, Estado Zulia, en el período comprendido entre los meses enero a diciembre del año 2009. El universo de estudio estuvo conformado por 195 ancianos de lo cual se tomo una muestra de 131 pacientes a los que se les aplicó una encuesta diseñada en correspondencia a los objetivos planteados. Se analizaron algunas variables de interés tales como edad, sexo, estado civil, algunas enfermedades crónicas, así como los factores de riesgo externos que influyen negativamente en la sexualidad del adulto mayor entre otras. Los resultados demostraron que el 78.6 de los pacientes tenían actividad sexual.
Los restantes refirieron no tenerlas lo que estuvo relacionado con los problemas de salud y el deterioro de la relación matrimonial con 39.2% cada uno. El grupo de edades que predominó fue entre 60 y 69 años con un 61% de los cuales el 46.5% refirieron tener actividad sexual, predominando el sexo masculino con un 58%, El 35.1% de los pacientes que practicaban la actividad sexual presentaban estado civil casados y la enfermedad crónica predominante en los pacientes fueron las degenerativas del SOMA aunque esta no constituyó una limitante para la práctica de la actividad sexual. El 46.5% clasificaron la actividad afectiva relacionada con la actividad sexual como regulares.
PALABRAS CLAVE: Tercera Edad. Sexualidad. Actividad Sexual. Problemas de Salud.
INTRODUCCIÓN
En el mundo, en términos absolutos, el número de personas de 65 años y más se habrá multiplicado aproximadamente por cuatro entre 1955 y 2025 y su proporción frente a la población total va a duplicarse (5,3% en 1955 – 10% en el 2025). (1)
El fenómeno del envejecimiento en la población se produce de forma paulatina y en él intervienen la fecundidad, la mortalidad y las migraciones, variables que en acción combinada en el tiempo determinan el crecimiento y la estructura por edades de la población; de suma importancia para la planificación económica y social de cualquier país. (1)
Los cambios demográficos en los últimos tiempos se caracterizan por la reducción de las tasas de fecundidad y de mortalidad, lo que modifica la estructura por edades de la población la cual como resultado ha comenzado a experimentar un proceso de “envejecimiento”. (2)
Los países de América Latina y el Caribe no están ajenos a estos cambios demográficos, encontrándose un rápido crecimiento del número de adultos mayores debido al mejoramiento de las condiciones de vida de la población, la mayor disponibilidad de servicios de salud que han conducido a una transición demográfica acelerada. Si bien en 1975 la población mayor de 60 años en esta parte de la Región era de 21 millones de personas (6,5% de la población total),en solo 25 años este grupo de población ascendió a 41 millones de personas (8,1% de la población), según proyecciones del Centro de Estudios para América Latina (CEPAL) la tasa de crecimiento poblacional de adultos mayores para el 2021 será de alrededor de 100 millones de personas y en el 2050 de cerca de 200 millones lo que representa el 8,1% de la población total de América Latina. (2)
En el Caribe para el 2025 será de 14,1% representando para el 2050 la cuarta parte de la población total (23,4%)2, siendo Cuba, uno de los países mas significativo con una tasa de envejecimiento actual de 14,7%, contando con programas sociales encaminados a garantizar una creciente calidad de vida a los ancianos. (3)
En Venezuela, la cantidad de ancianos era de 4,5% de la población general en 1980 y en el 2000 esta cantidad ascendió a de 5,7%, especialmente en el Estado Zulia donde existe una población de 177.154 adultos mayores. (2) En estos momentos la población de sesenta años y más representa 6,5% de la población total, 46% hombres y 54% mujeres. Se espera que para los próximos veinticinco años esta población se triplique, (4) lo que impone numerosos desafíos a los encargados de tomar las decisiones y de decidir las políticas orientadas a satisfacer las necesidades de salud y de consumo de las personas de mayor edad.
Si bien el envejecimiento no constituye, en modo alguno, un problema de salud sino un logro alcanzado por la humanidad, en el cual mucho ha tenido que ver el desarrollo científico técnico logrado, no es menos cierto que con este comienzan a proliferar de manera creciente, un grupo de enfermedades crónicas y degenerativas, así como limitaciones conexas a este, que disminuyen en los ancianos la percepción de su salud.(4) En ese grupo de enfermedades crónicas se encuentran las demencias, la diabetes Mellitus, la hipertensión arterial, cardiopatía isquémica y las discapacidades, dolencias de elevada frecuencia en el adulto mayor que constituyen un problema, no solo por su magnitud, sino por su repercusión a nivel individual, familiar y social. (4,5)
El patrón de aumento de la población adulta mayor, sumada al tipo de atención requerida con énfasis en los niveles más complejos del sistema, además del incremento en la expectativa de vida, anticipa un congestionamiento, mayor del actual, en los servicios prestadores de salud. (6) En este sentido se hace necesario fortalecer acciones dirigidas a la promoción de estilos de vida saludables, detección temprana y al control oportuno de las patologías más frecuentes, así como apoyar y promover alternativas de atención con énfasis en la comunidad ya que en Venezuela no existe como en Cuba programas de atención a los adultos mayores. (7,8)
Según Erikson y Hall, (1987). "La edad adulta tardía es también una época para jugar, para rescatar una cualidad infantil esencial para la creatividad. El tiempo para la procreación ha pasado, pero la creación puede tener lugar todavía. Aún a medida que las funciones del cuerpo se debilitan y la energía sexual puede disminuir, las personas pueden disfrutar ‘una experiencia enriquecida, corporal y mentalmente". (9)
Las primeras consideraciones sobre la sexualidad datan desde casi cinco mil años, tan solo se dispone de datos muy limitados sobre la descripción de las conductas y actitudes sexuales, en diversos pueblos con anterioridad al año 1000 Antes de Cristo. La sexualidad varía de una cultura a otra y en el contexto socio-histórico en que se desarrolle. (10) En el Antiguo Testamento, se señalan las normas que regulaban la conducta sexual de la época. En el judaísmo, el matrimonio tenía como finalidad la descendencia y la esposa hebrea tenía el "privilegio" de compartir los favores del esposo con otras esposas secundarias, pero si ella era infiel era apedreada. En la edad Media, la Iglesia refrenda el matrimonio monógamo y declara al instinto sexual como demoníaco. En 1530 la Reforma protestante de Martín Lutero admite el primer divorcio solicitado por Enrique VIII para separarse de Catalina y casarse con Ana Bolena. (10)
Actualmente existen muy pocas fuentes estadísticas sobre la sexualidad en la vejez. Es más, las fuentes estadísticas sobre el envejecimiento, tratan múltiples temas (ejercicio físico, hábitos alimentarios, salud, nivel de dependencia, pensiones, etc.) pero rara vez la sexualidad, las fuentes estadísticas sobre el sexo, no suelen incluir a las personas ancianas. ¿Son incompatibles la vejez y el sexo? A la vista de los estudios realizados por equipos especializados en esta materia, parece que no. Entonces, ¿por qué esta carencia?, por lo que identificar el comportamiento de la sexualidad en pacientes de la tercera edad, la práctica o no de la actividad sexual, así como las causas del abandono, lo consideramos de vital importancia por lo que lo tomamos como objetivos de este trabajo. (11,12)
Est. Claudio Julio Fontalvo.
Dra. Danet Martinez. Tutora
Republica Bolivariana de Venezuela. Ministerio del Popular para la Educación Universitaria. Universidad Nacional Experimental Rafael María Baralt. Programa Nacional de Formación en Medicina Integral Comunitaria
RESUMEN
Se realizó un estudio descriptivo, de corte transversal, para caracterizar la sexualidad en pacientes de la tercera edad, pertenecientes a la Comunidad Altos del Sol Amada, Maracaibo, Estado Zulia, en el período comprendido entre los meses enero a diciembre del año 2009. El universo de estudio estuvo conformado por 195 ancianos de lo cual se tomo una muestra de 131 pacientes a los que se les aplicó una encuesta diseñada en correspondencia a los objetivos planteados. Se analizaron algunas variables de interés tales como edad, sexo, estado civil, algunas enfermedades crónicas, así como los factores de riesgo externos que influyen negativamente en la sexualidad del adulto mayor entre otras. Los resultados demostraron que el 78.6 de los pacientes tenían actividad sexual.
Los restantes refirieron no tenerlas lo que estuvo relacionado con los problemas de salud y el deterioro de la relación matrimonial con 39.2% cada uno. El grupo de edades que predominó fue entre 60 y 69 años con un 61% de los cuales el 46.5% refirieron tener actividad sexual, predominando el sexo masculino con un 58%, El 35.1% de los pacientes que practicaban la actividad sexual presentaban estado civil casados y la enfermedad crónica predominante en los pacientes fueron las degenerativas del SOMA aunque esta no constituyó una limitante para la práctica de la actividad sexual. El 46.5% clasificaron la actividad afectiva relacionada con la actividad sexual como regulares.
PALABRAS CLAVE: Tercera Edad. Sexualidad. Actividad Sexual. Problemas de Salud.
INTRODUCCIÓN
En el mundo, en términos absolutos, el número de personas de 65 años y más se habrá multiplicado aproximadamente por cuatro entre 1955 y 2025 y su proporción frente a la población total va a duplicarse (5,3% en 1955 – 10% en el 2025). (1)
El fenómeno del envejecimiento en la población se produce de forma paulatina y en él intervienen la fecundidad, la mortalidad y las migraciones, variables que en acción combinada en el tiempo determinan el crecimiento y la estructura por edades de la población; de suma importancia para la planificación económica y social de cualquier país. (1)
Los cambios demográficos en los últimos tiempos se caracterizan por la reducción de las tasas de fecundidad y de mortalidad, lo que modifica la estructura por edades de la población la cual como resultado ha comenzado a experimentar un proceso de “envejecimiento”. (2)
Los países de América Latina y el Caribe no están ajenos a estos cambios demográficos, encontrándose un rápido crecimiento del número de adultos mayores debido al mejoramiento de las condiciones de vida de la población, la mayor disponibilidad de servicios de salud que han conducido a una transición demográfica acelerada. Si bien en 1975 la población mayor de 60 años en esta parte de la Región era de 21 millones de personas (6,5% de la población total),en solo 25 años este grupo de población ascendió a 41 millones de personas (8,1% de la población), según proyecciones del Centro de Estudios para América Latina (CEPAL) la tasa de crecimiento poblacional de adultos mayores para el 2021 será de alrededor de 100 millones de personas y en el 2050 de cerca de 200 millones lo que representa el 8,1% de la población total de América Latina. (2)
En el Caribe para el 2025 será de 14,1% representando para el 2050 la cuarta parte de la población total (23,4%)2, siendo Cuba, uno de los países mas significativo con una tasa de envejecimiento actual de 14,7%, contando con programas sociales encaminados a garantizar una creciente calidad de vida a los ancianos. (3)
En Venezuela, la cantidad de ancianos era de 4,5% de la población general en 1980 y en el 2000 esta cantidad ascendió a de 5,7%, especialmente en el Estado Zulia donde existe una población de 177.154 adultos mayores. (2) En estos momentos la población de sesenta años y más representa 6,5% de la población total, 46% hombres y 54% mujeres. Se espera que para los próximos veinticinco años esta población se triplique, (4) lo que impone numerosos desafíos a los encargados de tomar las decisiones y de decidir las políticas orientadas a satisfacer las necesidades de salud y de consumo de las personas de mayor edad.
Si bien el envejecimiento no constituye, en modo alguno, un problema de salud sino un logro alcanzado por la humanidad, en el cual mucho ha tenido que ver el desarrollo científico técnico logrado, no es menos cierto que con este comienzan a proliferar de manera creciente, un grupo de enfermedades crónicas y degenerativas, así como limitaciones conexas a este, que disminuyen en los ancianos la percepción de su salud.(4) En ese grupo de enfermedades crónicas se encuentran las demencias, la diabetes Mellitus, la hipertensión arterial, cardiopatía isquémica y las discapacidades, dolencias de elevada frecuencia en el adulto mayor que constituyen un problema, no solo por su magnitud, sino por su repercusión a nivel individual, familiar y social. (4,5)
El patrón de aumento de la población adulta mayor, sumada al tipo de atención requerida con énfasis en los niveles más complejos del sistema, además del incremento en la expectativa de vida, anticipa un congestionamiento, mayor del actual, en los servicios prestadores de salud. (6) En este sentido se hace necesario fortalecer acciones dirigidas a la promoción de estilos de vida saludables, detección temprana y al control oportuno de las patologías más frecuentes, así como apoyar y promover alternativas de atención con énfasis en la comunidad ya que en Venezuela no existe como en Cuba programas de atención a los adultos mayores. (7,8)
Según Erikson y Hall, (1987). "La edad adulta tardía es también una época para jugar, para rescatar una cualidad infantil esencial para la creatividad. El tiempo para la procreación ha pasado, pero la creación puede tener lugar todavía. Aún a medida que las funciones del cuerpo se debilitan y la energía sexual puede disminuir, las personas pueden disfrutar ‘una experiencia enriquecida, corporal y mentalmente". (9)
Las primeras consideraciones sobre la sexualidad datan desde casi cinco mil años, tan solo se dispone de datos muy limitados sobre la descripción de las conductas y actitudes sexuales, en diversos pueblos con anterioridad al año 1000 Antes de Cristo. La sexualidad varía de una cultura a otra y en el contexto socio-histórico en que se desarrolle. (10) En el Antiguo Testamento, se señalan las normas que regulaban la conducta sexual de la época. En el judaísmo, el matrimonio tenía como finalidad la descendencia y la esposa hebrea tenía el "privilegio" de compartir los favores del esposo con otras esposas secundarias, pero si ella era infiel era apedreada. En la edad Media, la Iglesia refrenda el matrimonio monógamo y declara al instinto sexual como demoníaco. En 1530 la Reforma protestante de Martín Lutero admite el primer divorcio solicitado por Enrique VIII para separarse de Catalina y casarse con Ana Bolena. (10)
Actualmente existen muy pocas fuentes estadísticas sobre la sexualidad en la vejez. Es más, las fuentes estadísticas sobre el envejecimiento, tratan múltiples temas (ejercicio físico, hábitos alimentarios, salud, nivel de dependencia, pensiones, etc.) pero rara vez la sexualidad, las fuentes estadísticas sobre el sexo, no suelen incluir a las personas ancianas. ¿Son incompatibles la vejez y el sexo? A la vista de los estudios realizados por equipos especializados en esta materia, parece que no. Entonces, ¿por qué esta carencia?, por lo que identificar el comportamiento de la sexualidad en pacientes de la tercera edad, la práctica o no de la actividad sexual, así como las causas del abandono, lo consideramos de vital importancia por lo que lo tomamos como objetivos de este trabajo. (11,12)
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