Capítulo Aragua

jueves, 3 de mayo de 2012

El Alzheimer se manifiesta y progresa de forma diferente en cada enfermo

El Alzheimer se manifiesta y progresa de forma diferente en cada enfermo

Hay momentos de agotamiento, de impotencia, de tirar la toalla… pero también los hay de alegría al recordar cualquier buen rato pasado, o de ternura al recoger, en un abrazo, al niño en que se ha convertido nuestro padre.

CASOS RADICALMENTE OPUESTOS
Ana Romaz / Actualizado 1 marzo 2012
Una de las cosas más sorprendentes que estamos viviendo en mi familia es la forma tan diferente en que la enfermedad de Alzheimer se manifiesta y progresa en cada paciente. Al vivir de cerca con nuestros padres, los dos diagnosticados de Alzheimer, los síntomas, la velocidad, las distintas áreas afectadas… vamos trazando, sin quererlo, una comparación contínua.

En mi madre el deterioro físico ha sido muy rápido y fulminante. Su capacidad psicomotora se ha reducido mucho, está en afasia, su memoria es incapaz de retener ninguna información reciente y ha perdido mucho peso. Sin embargo, sabe perfectamente quienes somos cuando vamos a verla, sigue manteniendo un cierto sentido del humor y, desde luego, no ha perdido su buen carácter. Además siempre ha sido consciente de tener un problema de memoria y esto es muy poco habitual en los pacientes de Alzheimer.

Mi padre, en cambio, está estupendo en el aspecto físico. Siempre ha sido muy deportista y mantiene una forma envidiable, una analítica suya es mejor que la de cualquiera de nosotros. Pero a lo largo del tiempo que lleva enfermo su carácter ha sufrido cambios, con momentos en los que se ha puesto muy difícil. Ha tenido altibajos de ánimo y de humor, ha disimulado, mentido y ocultado con tal de no reconocer que se olvidaba de cosas, y ha ido entrando en la desmemoria con los miembros de la familia.

Estas diferencias son, a menudo, una fuente de desconcierto para todos los que estamos a su lado. Ha sido arduo el camino hasta aceptar que no hay normas, que cuando los especialistas te hablan de etapas, fases y síntomas lo hacen de una manera aproximada. La realidad se impone con la certeza comprobada de que cada proceso de Alzheimer es único, diferente e impredecible.

Y esa realidad te obliga a una continua adaptación en el día a día. Sí, es importante para ellos tener una rutina, pero habrá momentos en que tengamos que cambiarla porque ese día nuestro familiar no está de humor. Sabemos que es mejor no contrariarle pero llegará el momento, por nuestro cansancio, en que lo olvidemos y al llevarle la contraria con cualquier tema destapemos la caja de los truenos. Habrá momentos de agotamiento, de impotencia, de tirar la toalla… pero también los habrá de alegría al recordar cualquier buen rato pasado ó de ternura al recoger, en un abrazo, al niño en que se ha convertido nuestro padre.

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