- No debe estar sobrecargada de muebles ni de adornos, para que pueda circular libremente. Así se incrementa su autonomía, se reduce su angustia y se facilita la labor del cuidador.
- Deben evitarse los ruidos innecesarios, como los de la TV o la radio, ya que pueden desorientarle y, además, dificultan enormemente la comunicación con él.
- Los espejos y las superficies brillantes pueden llegar a asustarle: puede no reconocerse o confundirse con un extraño y, de resultas, angustiarse. O puede no reconocer cuando una puerta o una ventana de cristal está abierta o cerrada.
- El desorden incrementa su desorientación. Es conveniente no dejar a su vista más que objetos de uso cotidiano y procurar que todo esté siempre en su sitio.
- Llega un momento en el que resulta de gran ayuda que las diferentes habitaciones de la casa, los recorridos para ir al baño o a su habitación, o los contenidos de los armarios y cajones que utiliza, estén señalizados con rótulos o pictogramas: esa pequeña modificación le ayuda a sentirse más seguro.
- Una pizarra o un bloc que le indique las tareas que debe realizar cada día, le ayuda así mismo a estructurar su tiempo y a sentirse menos desorientado.
- Un reloj en la pared y un calendario en el que se identifique claramente el día que es, con números muy grandes y que se puedan leer con facilidad, le ayudarán en los momentos en los que puede padecer trastornos de orientación temporal.
Capítulo Aragua
martes, 12 de julio de 2011
¿Cómo ha de ser la casa de un enfermo de Alzheimer?
¿Cómo ha de ser la casa de un enfermo de Alzheimer?
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