Capítulo Aragua

sábado, 26 de junio de 2010

Testimonio de Cuidadores II !!!!

"CASO DE BEATRIZ, Cuida de su madre"; var ("CASO DE BEATRIZ, Cuida de su madre");
Lee atentamente el testimonio "El diagnóstico de Alzheimer me alivió; mi madre no estaba loca, no se volvería loca. Al mismo tiempo me sentí un poco culpable por no haber visitado antes a un médico.
Mi madre vivía con mi padre en su propia casa, hasta aquel día que volvió del parque con un brazo roto: era otoño, y había muchas hojas en la acera, resbaló y cayó. Pero recordaba el camino de casa, la dirección, y pidió a un transeúnte que le acompañara hasta casa. Tenía un aspecto terrible, tan pálida, tan asustada y con un terrible dolor, pero no lloraba. Yo lo sentí mucho por ella, estaba tan triste. Creo que fue entonces cuando mi actitud hacia ella cambió: no volví a exigirle nada y, finalmente, acepté lo que la enfermedad significaba. Mi madre sabía de la enfermedad y parecía que quería informarse sobre ella, así que yo solía traducirle párrafos de libros y leerlos en voz alta.
Decidí que ella permanecería conmigo por un tiempo hasta que su brazo estuviera mejor. ¿Por qué decidí que mi madre debería vivir conmigo?. Creo que fue la única opción posible. Quería proteger a mi padre y darle más libertad. Cuando yo estaba trabajando (dos días por semana en la Universidad) tenía que acudir a una ayuda a domicilio.
Cuando reflexiono sobre este período de mi vida, recuerdo una mezcla de sentimientos: responsabilidad por mi madre, un sentimiento de deber, y cólera por lo que me había pasado a mí y a mi madre. Yo tenía mi propia vida, mi hijo de 10 años, mi trabajo, mis amigos, etc. A veces me sentía encarcelada en mi piso y quería hacer las maletas e irme. Al principio, mi madre parecía entender que ella estaba conmigo porque alguien la tenía que ayudar a vestirse, lavarse, comer, pero a menudo protestaba y quería volver con mi padre. Esto fue difícil. Aunque yo sabía que no se debía discutir sino explicar la situación de manera sencilla, yo discutía con ella cuando hablaba de irse de casa. Los fines de semana yo la llevaba allí, de esa manera podría estar con su marido, que ella adoraba y yo podría dormir, descansar y disfrutar de algo de libertad.
Estaba muy cansada y angustiada, aunque mis amigos me ayudaban (especialmente, durante el baño de mamá); mi padre no dormía por las noches; la hermana de mi madre me ayudó bastante. Recuerdo que estaba feliz de que mi padre no necesitara de cuidados. Ambos intentamos hacer lo mejor para ocuparnos de mi madre. Yo pienso que mi madre lo sabía y que mostraba su agradecimiento. Era tranquila, indulgente, una persona cariñosa. Solía sonreír bastante y le gustaba escuchar música, cantar, escucharnos a mí y a papá hablar, que le leyeses o que la contaras historias. Yo estoy segura de que ella era consciente de su situación, aunque por supuesto tenía problemas para comunicarse con nosotros.
Ella murió hace un año."

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