Las primeras descripciones morfológicas
del cerebro, datan del siglo XVI. En la actualidad el conocimiento morfológico
puede anticiparse al estudio autópsico mediante las técnicas de neuroimagen estática y
funcional, TC, RM, SPECT y PET que permiten visualizar y diferenciar las estructuras
básicas, el sistema vascular y el marco óseo y conocer el mayor o menor grado de actividad
funcional. En el envejecimiento se observa una pérdida de peso y volumen del cerebro
de alrededor del 5-10%, dilatación del sistema ventricular, reducción del grosor de las
circunvoluciones cerebrales, aumento de la profundidad de los surcos cerebrales, engrosamiento
de la pared de los vasos arteriales y reducción de la luz vascular.
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