Capítulo Aragua

martes, 3 de julio de 2012

Amor, comprensión y sonrisas, lo mejor para ofrecer a un enfermo de Alzheimer

Amor, comprensión y sonrisas, lo mejor para ofrecer a un enfermo de Alzheimer


Nunca se debe discutir con el enfermo, este nunca reconocerá que está equivocado. Lo mejor es dejarle un ratito para que se calme y se les pase el enfado.

PARA SENTIRSE SEGUROS
Ana Romaz / Actualizado 29 junio 2012
Para cerrar esta serie dedicada a la relación de los más jóvenes con el Alzheimer en este post voy a recoger algunos consejos sobre como deben tratar los niños y adolescente a un afectado de E.A. y algunas actividades que pueden ser agradables de realizar juntos, tanto para el joven como para el anciano.

Adaptándonos a la edad del niño/ joven hay unas cuantas cosas que deben tener claras a la hora de relacionarse con el familiar enfermo:

• Es importante que aprendan lo que puedan y esté a su alcance sobre la E.A.

• Será muy valioso para ellos y para el afectado que se comprometan y se sientan involucrados en lo que ocurre.

• Necesitarán paciencia, comprensión y calma y mucho cariño al tratar con el enfermo.

• No hay nada de que avergonzarse por tener a alguien con Alzheimer en la familia. Compartir lo que está ocurriendo con los amigos puede ayudar a vivir mejor esta experiencia.

Bien, nuestro niño/joven cumple con los puntos que hemos indicado, y ahora ¿Cómo puede ayudar al enfermo?

Hay un montón de actividades que podrán hacer juntos y que serán una oportunidad fantástica para acercarse emocionalmente a la persona querida que está sufriendo la enfermedad.

• Mientras el afectado camine pueden salir juntos a dar pequeños paseos por los alrededores de casa. De paso el joven puede ir preguntando por detalles para ayudar al anciano a recordar: ¿sabes el nombre de este parque?, ¿recuerdas donde solíamos jugar cuando yo era pequeño?, ¿Dónde vivías cuando te casaste?...

• Compartir con el anciano tareas de casa sencillas como: doblar toallas o sábanas, ordenar objetos, ayudar en la cocina lavando verduras o poniendo la mesa, etc…

• En tanto el enfermo mantenga una movilidad aceptable se puede bailar con él, y a medida que esto se dificulte pueden disfrutar juntos de escuchar música o cantar. Y si ponemos canciones y melodías conocidas por el anciano le estaremos ayudando a recordar a través del sentido del oído.

• Cuando por el progreso de la enfermedad la movilidad se vaya viendo reducida el joven podrá disfrutar de ver fotos antiguas con su familiar, preguntándole por las personas que están en las fotos, quienes eran, sus nombres, etc…

• También puede ser entretenido leer el periódico o una revista interesante juntos. Y si el enfermo es aficionado a la lectura siempre se le puede leer en voz alta libros de su gusto.

• Otra actividad gratificante para hacer juntos es reunir fotos antiguas de la familia y los amigos, recuerdos y hacer con todo ello un “álbum de memoria”. El anciano puede aportar historias de cuando era joven y entre los dos crear un bonito álbum testimonio.

• O tratar de realizar el árbol familiar, que pueden pintar juntos y rellenar con los miembros de la familia.

• Incluso cuando la inmovilidad es acusada se puede disfrutar de ver una película que traiga recuerdos al anciano y sobre la que pueden comentar e intercambiar anécdotas.

• Tareas repetitivas como romper papeles inútiles o regar las plantas, cepillar a la mascota o doblar la colada, son actividades a su alcance, que con la tutela del más joven pueden ser un modo de estar entretenido.

Las oportunidades de compartir tiempo con un familiar enfermo son muchas, lo mejor será el cariño que tanto el anciano como el joven sentirán mutuamente. Pero, inevitablemente, habrá momentos en los que el enfermo no esté de humor, no tenga ganas de nada e, incluso, se enfade o se altere.

En estos casos los más jóvenes deben de saber que el desinterés o el enojo no es por ellos, si no fruto de la enfermedad que cambia el comportamiento de las personas. No deben discutir con el enfermo, este nunca reconocerá que está equivocado. Lo mejor en estos casos es dejarles un ratito para que se calmen y se les pase el enfado. Y luego seguir tratándoles como si no hubiera pasado nada.

Es muy importante que el joven entienda que la atención de la persona enferma no podrá mantenerse más de media hora, en el mejor de los casos. Si observa que el enfermo se está cansando o se pone nervioso lo mejor será cambiar de actividad y mantenerlo distraído.

Y finalmente, que sepan que lo mejor que pueden ofrecer al anciano es su amor, su preocupación y comprensión. Incluso cuando este ya no sea capaz de reconocer a su familia los abrazos, las caricias, las sonrisas y el cogerles de la mano son gestos que funcionaran y les harán sentirse mas seguros.

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