Es una enfermedad muy frecuente en las personas mayores y es la responsable del 40% de la dependencia en las personas mayores.
Los factores de riesgo, es decir, las causas que pueden llegar a producirla son:
- La hipertensión arterial. Es la principal y produce la arterioesclerosis (endurecimiento de las arterias por depósitos de colesterol), principal causa de las trombosis.
- La diabetes (azúcar en la sangre), el aumento del colesterol en sangre y el tabaquismo aumenta diez veces el riesgo de aparición de trombosis cerebral.
- La fibrilación auricular (arritmia cardiaca) favorece que los coágulos de sangre que se suelen formar dentro del corazón pasen a las arterias y produzcan las embolias cerebrales.
- La edad. A mayor edad más riesgo de trombosis, probablemente por los cambios que se producen con los años en las paredes de las arterias (se vuelven más duras y menos elásticas).
Las consecuencias y manifestaciones
Las consecuencias de estos hechos pueden ser muy graves. El accidente vascular cerebral está situado entre las tres primeras causas de muerte y la primera de incapacidad motora. En los casos más graves las manifestaciones son muy evidentes: imposibilidad de mover la mitad del cuerpo (parálisis o hemiplejia), imposibilidad para poder hablar (afasia), pérdida o disminución de la conciencia, coma, etc.
Es importante conocer los amagos de trombosis que son pequeñas trombosis o embolias que apenas producen síntomas, pero que son un aviso de otras más graves. Son los llamados accidentes isquémicos transitorios y se suelen manifestar con alguno de los siguientes síntomas o signos: hormigueos en alguna parte del cuerpo, pequeña dificultad para hablar, ligera torcedura de la boca, pérdida transitoria de la visión, mareos, caída, ligera torpeza de algún miembro, etc. Si aparecen hay que acudir al médico de urgencias para que inmediatamente lo valore y le ponga el tratamiento adecuado para evitar así que ocurra una trombosis que le deje ya dañado.
Qué hacer ante un infarto cerebral
Es una urgencia absoluta. Hay que llamar enseguida a los servicios de urgencia (061 ó 112) y hospitalizar de inmediato al paciente. Debe ser ingresado en un hospital. Cuanto antes reciba el enfermo la atención especializada, mayores son las posibilidades de recuperación. Hay nuevas técnicas médicas que permiten aumentar el número de curaciones sin secuelas, pero todas ellas deben aplicarse cuanto antes.
El tratamiento medicamentoso debe cumplirse fielmente para evitar, dentro de lo posible, la alta frecuencia de repetición. El fundamental es el ácido acetil salicílico (Aspirina®, adiro®, Rhonal®) para los casos de trombosis y los anticoagulantes (Sintrom®) en las embolias de origen cardíaco, sobre todo cuando la causa ha sido la fibrilación auricular.
Por supuesto, el control de todos los factores de riesgo expuestos anteriormente, como la tensión arterial, diabetes, colesterol y el abandono del tabaco, son medidas que deben establecerse de inmediato.
Si la dependencia es importante, deben tenerse en cuenta todos los cuidados del enfermo dependiente expuestos en los capítulos precedentes, incluidos la disfagia si tiene dificultad para tragar.
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