Capítulo Aragua

sábado, 2 de abril de 2011

LA PREVENCION NATURAL DEL ALZHEIMER, ¿UTOPIA O REALIDAD? (y III)

LA PREVENCION NATURAL DEL ALZHEIMER, ¿UTOPIA O REALIDAD? (y III)


LA PREVENCION NATURAL DEL ALZHEIMER, ¿UTOPIA O REALIDAD? (y III)
La curación del Alzheimer es, hoy por hoy, más utópica que real, mientras que LA PREVENCIÓN ES MÁS REAL QUE UTÓPICA, aunque pueda ser dificultosa aplicarla. En consecuencia, no hablamos de sueños ni de falsas esperanzas, sino que hablamos de REALIDADES. Hay que saber VERLAS y aceptarlas tal como son. Pero sobretodo, hay que pasar a la acción.  r el sistema circulatorio, ecombatir dichos radicales libres.

La Asociación de Psiquiatría Americana (APA) recomendó, en el año 2006, la ingesta diaria de Omega-3 como prevención o tratamiento complementario de trastornos mentales y emocionales, dada la cantidad de estudios científicos que demostraban el impresionante beneficio que aportan, especialmente en depresión y esquizofrenia, pero también en otros trastornos mentales importantes, ya que estos ácidos grasos esenciales forman parte del sistema nervioso y tienen una importancia fundamental en la composición y fluidez de las membranas celulares de las neuronas, factor crucial en la aparición del amiloide.

Pues bien, en el año 2003 se realizó en Chicago una de las muchas investigaciones relativas al Alzheimer. En ella y durante cuatro años, se observó que los participantes de dicho estudio que consumían pescado una vez por semana o más, tenían un 60% menos de riesgo de sufrir la enfermedad, en relación con aquellos que nunca o raramente comían pescado. Comprobaron además, que el ácido graso Omega-3 que tenía mayor importancia en ello, era el DHA. A este respecto creo conveniente matizar que es conveniente ingerir  EPA conjuntamente con DHA, ya que, aparte de resultar vital para una buena permeabilidad de la membrana celular, es indispensable para el adecuado equilibrio emocional de la persona, muy especialmente para prevenir y combatir posibles estados depresivos que afectan a su vez, al sistema inmunológico. Hay que tener en cuenta que entre el 40% y el 50% de casos de Alzheimer presentan depresión. Además el EPA, al ser precursor de DHA, puede convertirse en éste si el organismo lo requiere y se dan las circunstancias bioquímicas adecuadas.

Vemos otra vez un porcentaje muy elevado, el 60% menos de posibilidades de sufrir Alzheimer si se come pescado semanalmente. Corregir este hábito mínimamente, podría suponer miles y miles de casos menos de Alzheimer. Y si el pescado es caro o inaccesible, razón por la cual las poblaciones de los países con rentas más bajas pueden tener muy reducido su consumo y a la vez, una prevalencia más elevada de Alzheimer, se podría corregir también mediante suplementos de Omega-3. El coste de Omega-3 sería inmensamente inferior al coste socioeconómico e impacto psicosocial que supone esta enfermedad.

En el año 2008, se publicó en The Journal of the Alzheimer’s Association, una investigación que verificó que mediante la ingesta oral de DHA, se conseguía promover la síntesis de nuevas sinapsis cerebrales que compensaban la característica pérdida sináptica de los enfermos de Alzheimer ú otras enfermedades neurodegenerativas.

Por lo tanto, existen evidencias científicas demostradas de que los ácidos grasos Omega-3 son esenciales para la estabilidad y la adecuada permeabilidad de las membranas de las células nerviosas, así como para regenerar y mantener las sinapsis nerviosas, de forma que no se produzcan, o se reduzcan las circunstancias que propician la generación de esta variedad de amiloidosis cerebral que es el Alzheimer.

Por otro lado, sabemos también que el ácido araquidónico, un Omega-6 que ingerimos en exceso en la dieta tipo occidental, mayormente a través de aceites de semillas, bollería y pastelería, carnes y productos elaborados, favorece la producción citoquinas proinflamatorias que provocan inflamaciones intestinales o articulares, generando a su vez, amiloide que puede llegar a afectar al cerebro. Parece también, que la interleuquina 1 y la interleuquina 6, que median en las inflamaciones,  influyen en la expresión de la proteína precursora de amiloide.

Por otro lado, aunque en el Alzheimer no hay una inflamación en la anatomía patológica, sí hay evidencias de una inflamación más sutil en las placas seniles, y además, se ha observado en estudios epidemiológicos, que existen ciertas evidencias de influencias inflamatorias al haberse constatado que existe une menor prevalencia de Alzheimer en pacientes con ingesta habitual de antiinflamatorios debido a la presencia de enfermedades reumáticas. Además, los enfermos de Alzheimer tienen una mayor propensión a sufrir a desarrollar tumores, signo evidente de que sí existe un cierto nivel de inflamación crónica en el cerebro.

Así pues, este exceso de Omega-6 proinflamatorio perjudicial de la dieta, debe ser corregido modificando ésta, o bien neutralizándolo mediante la compensación con la ingesta de una mayor cantidad de Omega-3.

En lo que se refiere al sistema inmunitario, se sabe que se puede producir una alteración de éste mediante también el exceso del Omega-6 ácido araquidónico que se ingiere o genera a través de la alimentación, ya que produce interleuquinas proinflamatorias capaces de generar diversas enfermedades autoinmunes, y por lo tanto, susceptibles de destruir la membrana celular. Por lo tanto, éste es otro motivo para rebajar su influencia contrarrestándolo con más Omega-3.

Algunas de las investigaciones con Omega-3 no han tenido resultados suficientemente significativos. Probablemente se debe a que por las características de esta enfermedad, y proporcionalmente a su generación lenta e insidiosa, se requiere tomar Omega-3 durante un periodo de tiempo muy largo y en dosis suficientemente altas para poder ver efectos regenerativos en las terminaciones nerviosas y las membranas celulares, al tiempo que neutralicen parte de los efectos del exceso de ácido araquidónico (Omega-6), tanto en lo que respecta al acumulado, como al producido de nuevo mediante la dieta habitual, hecho éste que constituye una variable que habitualmente se escapa del control de los investigadores, ya que permiten que el paciente siga consumiendo el exceso de Omega-6 en su régimen alimenticio, con lo que se sigue promoviendo la propia enfermedad mediante la alimentación inadecuada al tiempo que se pretende reducirla mediante Omega-3, consiguiendo que se anulen sus posibles beneficiosos efectos.

No podemos olvidar finalmente, que los ácidos grasos Omega-3 están indicados para la prevención y el cuidado cardiocirculatorio, ya que son innumerables los estudios que han demostrado sus efectos antiinflamatorios, anticoagulantes y antivasoconstrictores, de tal manera que sus efectos son beneficiosos en casos de colesterol (bajan el LDL y suben el HDL) y en la hipertensión. La OMS recomienda su ingesta para la prevención primaria de problemas cardiovasculares, mientras que la European Society of cardiology y la American Heart Association / American College of cardiology lo recomiendan para la prevención secundaria cardiovascular.

En definitiva, disponemos de suficiente información real para avalar los beneficios de una reforma natural y mejora de los hábitos de salud dentro de un contexto de prevención primaria de esta enfermedad.

No hay comentarios:

Sitio Oficial

Ladrón de los Recuerdos

Publicidad

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...