Todos los procedimientos que repercutan sobre
los órganos genitales crean cierta inquietud y a veces
vergüenza por la relación existente con los
órganos sexuales, por este motivo debemos ofrecer
la máxima información tanto al cuidador/a principal
como a la familia, y de esta manera responder
a todo tipo de dudas que surjan a lo largo de
todo el procedimiento.
Si el paciente es encamado, la información versará
sobre como movilizarlo en la cama, a fin de evitar
las compresiones sobre el circuito con su propio
cuerpo o pinzamientos que dificultarían la salida de
la orina.
Cuando el usuario deambula, la información irá encaminada
a cuándo debe pinzarse la sonda y cómo
sujetar la misma para la deambulación sin que
arrastre por el suelo la bolsa colectora de orina .
La realización de una higiene adecuada antes y
después de cada defecación así como en el cambio
de bolsa va a evitar los peligros de infección.
Igualmente la manipulación incorrecta de las conexiones
y desconexiones, así como dejar abierto el
vaciado de la bolsa o que esta toque el suelo de la
habitación, pueden ocasionar posibles infecciones
urinarias.
La ingesta abundante de líquidos, (cuando no exista
contraindicación, ya que la cantidad ideal será
de unos 2000 a 2500 c.c. por día), va a facilitar la
evacuación de la orina y disminuirá la posibilidad
de producción de microorganismos.
Por último, decir que la enfermera que acude a
nuestro domicilio va a solventarnos todas las dudas
que tengamos, y, si aún nos queda alguna o
necesitamos realizar cualquier consulta, llamemos
a AFAL; ellos nos van a ayudar en todo momento,
o bien nos pondrán en contacto con el profesional
correspondiente, quien nos la va a intentar
solventar gustosamente. ■
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