La enfermedad de Alzheimer debe su nombre al médico alemán Alois Alzheimer, quien en 1906 identificó por primera vez cambios en el cerebro de una mujer que había fallecido de una extraña enfermedad mental.
Este mal produce una pérdida de células nerviosas en las áreas del cerebro, que son vitales para la memoria y otras funciones mentales.
Actualmente, es una de las causas más frecuentes de demencia. Afecta a unos 35 millones de personas en el mundo y en Chile la padecen 150 mil personas con leve prevalencia en mujeres, porque alcanzan mayor edad y ésta es una enfermedad edad-dependiente, una cifra en franco aumento debido al paulatino envejecimiento de la población.
El Dr. Patricio Fuentes, neurólogo del Hospital Clínico Universidad de Chile, comenta: “es muy importante que las autoridades en la materia que apoyen la creación de planes y programas que mejoren drásticamente la calidad y oportunidad del diagnóstico y tratamiento de la enfermedad, especialmente de aquellos pacientes con menos recursos. Esta es una enfermedad de alto costo de cuidado, tanto en lo económico como en lo emocional”.
“El paciente con Alzheimer, incluye a su cuidador (que suele ser un familiar directo), se maneja con medidas farmacológicas (antidemenciantes y tranquilizantes por ej.) y medidas no farmacológicas como la educación, estilo de vida saludable, ejercicio, alimentación sana, evitar el cigarrillo y el alcohol, mejorar la estimulación, manejo ambiental, etc.”, afirma el Dr. Fuentes.
El doctor Archibaldo Donoso, neurólogo del Hospital Clínico Universidad de Chile, explica que "los adultos mayores son los que más padecen de esta enfermedad, sin embargo, puede producirse en personas jóvenes, pero es muy raro que una persona de 50 años la padezca la relación es 1 en 10 mil, pero a medida que se va envejeciendo las posibilidades van aumentando, por ejemplo; a los 60 años se puede producir entre un 1 ó 2%, a los 70 es un 4%, pero el mayor porcentaje se da sobre los 80 años el cual entre un 30 ó 40 % de la población adulta padecen de Alzheimer
¿Cuáles son los primeros síntomas de Alzheimer?
Según la Organización Mundial de la Salud, el primer síntoma de Alzheimer puede ser una pérdida leve de memoria, para luego afectar el lenguaje, razonamiento, comprensión, lectura y escritura. Personas que sufren esta condición pueden volverse ansiosas o agresivas y, en algunos casos, pueden irse de su casa y no recordar cómo regresar.
A medida que el mal progresa, se hace necesaria una supervisión constante del afectado. Fallas en la memoria, incapacidad para realizar labores rutinarias -como vestirse, cocinar, etc.-, e incluso incapacidad para comunicarse con los demás (formando frases ininteligibles al unir palabras sin sentido) son características de esta enfermedad.
La similitud del Alzheimer con otros tipos de demencia, dificultan un diagnóstico temprano. Los siguientes síntomas podrían indicar la necesidad de realizarse exámenes para detectar Alzheimer:
- Pérdida de la memoria a corto plazo: la persona manifiesta una gradual pérdida de la memoria "corta".
- Aprendizaje y retención de nueva información: el deterioro paulatino del cerebro dificulta la capacidad de asimilar nueva información. La consecuencia práctica es la repetición de cosas y el olvido de conversaciones y citas acordadas con antelación.
- Razonamiento y pensamiento abstracto: la comprensión de un chiste, decir la hora, recordar las actividades diarias se torna difícil. Llevar las cuentas del banco, preparar una comida y realizar tareas que requieran varias etapas resulta cada vez más arduo.
- Juicio y planificación: se ve alterada la capacidad de anticiparse a los hechos y de sopesar las consecuencias de ciertos actos. Se vuelve imposible resolver problemas cotidianos como saber qué hacer si algo se está quemando en la cocina. El hecho de recordar direcciones o el camino para llegar a lugares conocidos se torna cada vez más difícil.
- Habilidades lingüísticas: encontrar la palabra adecuada para expresar los pensamientos y poder entablar una conversación se presenta como un verdadero desafío.
- Inhibición y control de impulsos: personas pasivas pueden volverse más agresivas y mostrar a veces cambios inapropiados en su conducta. Sentimientos de irritabilidad y desconfianza también pueden manifestarse.
Es preciso señalar que todos estos factores NO necesariamente indican la existencia de la enfermedad de Alzheimer. Para detectarla, es preciso que un médico analice el historial familiar en detalle, realice exámenes físicos y evaluaciones sobre el estado mental y funcional de la persona con estos síntomas.
Edición: Universia / RR
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