La enfermedad de Alzheimer es la forma más extendida de demencia. Se caracteriza, sobre todo, por la acumulación patológica de una proteína que normalmente es eliminada, la beta-amiloide. Existen otras formas de demencia como resultado de patologías en los vasos sanguíneos del cerebro. Sin embargo, pareciera que los factores de riesgos vasculares, como la hipertensión arterial, las tasas excesivas de colesterol y la diabetes, favorecen no solamente las demencias vasculares sino también al mal de Alzheimer.
Xu Wieili, del Instituto Karolinska de Estocolmo, y un equipo estadounidense-sueco, dan cuenta en la revista Diabetes sobre los resultados de un estudio realizado con más de 13.000 mellizos (en este tipo de estudios interesa eliminar los factores genéticos). Entre esos mellizos, 467 presentaban alguna forma de demencia, de ellos 292 casos eran de Alzheimer, y cerca de 1.400 eran diabéticos.
Los resultados con las parejas discordantes de mellizos muestran que la aparición precoz (antes de los 65 años de edad) de una diabetes del tipo 2, donde subsiste una producción de insulina pero es ineficaz, multiplica mucho más fuertemente (en un factor de 2,4) el riesgo de tener una demencia, que una diabetes que surja después de los 65 años. "Factores genéticos y ambientales podrían contribuir a la asociación entre una diabetes de aparición tardía y una demencia, pero el entorno del adulto (alimentación y modo de vida) podría ser responsable de la asociación entre una diabetes a una edad mediana y la demencia", concluyen los autores del artículo.
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