Capítulo Aragua

jueves, 8 de julio de 2010

Todo Se Me Olvida!

La memoria es la capacidad que tiene un individuo para evocar antecedentes ya vividos, pero esta facultad depende de la importancia que la persona le da a las cosas o de cómo esos hechos la afectan positiva o negativamente. Por ejemplo, cuando un suceso desencadena emociones fuertes en un sujeto, este nunca lo olvida, dice el neurólogo Jimmy Schiemann.

Para tener buena memoria es necesario centrar la atención en lo que se realiza. Eso hace que la información quede registrada en el cerebro. Por eso, cuando se olvida hasta lo que se iba a decir, no existe perturbación de la memoria sino falta de concentración . Asimismo, las cosas agradables se retienen con mayor facilidad que lo que carece de importancia, lo que explica por qué una persona recuerda nombres, números telefónicos, canciones y muchos sucesos con facilidad y olvida otras cosas que pueden parecer elementales.

De otra parte, la memoria no es sinónimo de inteligencia pues todos los humanos están dotados de una capacidad memorística prodigiosa. Es el tipo de actividad lo que permite guardar más información en la cabeza. De esta manera, un matemático gozará de una mejor memoria que una persona dedicada a cultivar el campo, por ejemplo, agrega el especialista Schiemann.

Los primeros años son claves El cerebro es tan perfecto que es la única máquina capaz de recordar sentimientos y sensaciones con el simple hecho de percibir la fragancia de las flores frescas o el aroma del pan recién salido del horno, entre otros casos. Sin embargo, muchas de las cosas trascendentales en la vida de una persona, como el momento en que vino al mundo o el primer día de colegio son imposibles de recordar.

Al respecto vale aclarar que no es que un pequeño no tenga memoria, ya que el cerebro comienza a registrar información desde el momento en que el feto se encuentra en el útero de la madre. Lo que sucede es que, por ser un órgano inmaduro, requiere tiempo para llegar a cumplir a cabalidad todas las funciones. Prueba de ello es que muchos bebés se tranquilizan cuando captan la voz de la mamá o al escuchar la melodía con la cual se les estimulaba en el vientre.

A medida que el niño se desarrolla adquiere más capacidades cognoscitivas lo cual le permite reconocer a sus familiares, identificar texturas y aprender el mismo lenguaje de los adultos. Por esa razón en los primeros años se adquieren los patrones de comportamiento que marcan el resto de la existencia y se forma la personalidad. Es más, muchos de los traumas en la gente mayor son producto de experiencias desagradables ocurridas en los primeros años de vida.

No pierda la cabeza Olvidar ciertas cosas es normal en mentes sanas y preocuparse por esos descuidos también es muy común. Precisamente una de las primeras facultades que se pierden cuando se sufre cualquier alteración en el cerebro es la de recordar.

Aunque no existe un centro específico donde se pueda ubicar la memoria, puesto que esos chips están distribuidos en varias estructuras del cerebro y del sistema nervioso central, cualquier alteración cerebral puede dejar la mente en blanco, ya que los sitios donde se encuentra la memoria son muy vulnerables a cualquier trastorno orgánico o emocional. Es así como los traumas cerebrales, los problemas cerebro-vasculares (trombosis, embolias), los hematomas, tumores o las sustancias tóxicas causan pérdida de la memoria, aunque los casos más comunes de amnesia son ocasionados por golpes en la cabeza. En estos casos el paciente olvida los acontecimientos más recientes, pero si el trauma es severo puede olvidar hasta su nombre. Otras patologías que obstruyen el flujo sanguíneo en el cerebro y dificultan la adecuada oxigenación también perturban la memoria.

De igual forma, el consumo de alcohol, de sustancias tóxicas, como la escopolamina, o de drogas alucinógenas deterioran la capacidad de recordar. Sin embargo, este daño cerebral está determinado por la cantidad, la frecuencia, el tipo de droga y la susceptibilidad del organismo a la sustancia.

Asimismo, la depresión, la ansiedad, el estrés y los desajustes emocionales hacen que la persona olvide con mayor facilidad cualquier tipo de información debido a que el paciente es incapaz de concentrarse y, además, carece de estímulos positivos.

El estado nutricional también influye, ya que el adecuado consumo de nutrientes contribuye a obtener una mejor maduración cerebral y hace que todas las funciones vitales sean óptimas. Los alcohólicos, por ejemplo, pierden gran cantidad de complejo B y eso entorpece cualquier proceso mental.

Nunca es tarde para memorizar A partir de los treinta años muchas personas se quejan de que se les olvidan las cosas y aunque esos descuidos suelen ser alarmantes, antes de pensar en una alteración de la memoria conviene tener en cuenta que: * El ser humano tiene dos tipos de memoria: una de corto plazo que retiene los sucesos inmediatos y otra retrógrada, a largo plazo, que graba la información de por vida.

* El cerebro, como los demás órganos y músculos corporales, responde al ejercicio. En consecuencia, un individuo mentalmente activo tendrá una mejor memoria que quien no utiliza plenamente sus capacidades cerebrales.

* Todo individuo es capaz de conservar las funciones cerebrales en perfectas condiciones hasta el fin de sus días. La clave está en la práctica.

* Más que por los años, los adultos pierden la memoria porque se vuelven perezosos para pensar.

* En la edad senil se presentan cambios ocasionados por el deterioro del organismo y con el transcurso del tiempo se pierden neuronas pero ello no impide que alguien de la tercera edad goce de buena memoria. Del mismo modo, existen jóvenes e incluso niños que no memorizan mayor cosa, pues lo importante no son los años sino la atención y concentración que le ponga el individuo a lo que hace.

* El que a hombres y a mujeres adultos les angustie por igual el no poder recordar tiene que ver con un factor socio-cultural y es un concepto subjetivo, ya que cuando pasan de los 50 años y se jubilan se sienten inútiles. En esas circunstancias las personas comienzan a presentar trastornos de la memoria que evidencian una depresión aguda por falta de motivación.

Y que no se le olvide...

Para los que a veces olvidan hasta dónde tienen la cabeza es un alivio saber que existen métodos para recuperar la información almacenada en el cerebro. Estas son algunas sugerencias del neurólogo Jimmy Schiemann.

* El primer paso para tener buena memoria consiste en mejorar la capacidad de concentración y aprender a centrar la mente.

* Los cálculos aritméticos, el racionamiento abstracto, las asociaciones lógicas y hasta las técnicas de relajación e hipnosis sirven para estimular las zonas encargadas de revivir los recuerdos.

* Gozar de buena salud física y mental implica cuidar la alimentación. Las vitaminas, especialmente del complejo B, contienen elementos indispensables para el adecuado funcionamiento del sistema nervioso.

* Consumir abundante vitamina C, ácido fólico, magnesio, hierro y calcio favorece el trabajo mental e impide que se borren algunos recuerdos. Algunos estudios médicos manifiestan que incluir lácteos, yema de huevo, trigo integral y demasiado pescado en la dieta facilita la transmisión de mensajes cerebrales y mejora el aprendizaje, la memoria y el coeficiente intelectual de la persona.

* Aún no existe ningún medicamento que ayude a memorizar. Algunas veces los tranquilizantes, las drogas que reducen la depresión y quitan la ansiedad pueden funcionar. Sin embargo, lo que más cuenta es la voluntad y la autosugestión.

* Para aprovechar al máximo esa capacidad, exclusiva del ser humano, que le permite transportarse al pasado, vivir en el presente y proyectarse al futuro, es importante mantener una sana constante actividad mental.

Preste atención! No poder memorizar más que un trastorno funcional refleja un problema de atención. No obstante, existen técnicas que mejoran la memoria y la capacidad de concentración: * Ponga interés en lo que hace. Centre la mente en el aquí y el ahora.

* Si se le dificulta retener nombres, teléfonos o fechas, haga asociaciones que le permitan recordar fácilmente dicha información.

* Aprenda a controlar el estrés para evitar cualquier alteración nerviosa.

* Dele prioridad a las cosas y no se preocupe por cualquier olvido.

* Ejercite la mente diariamente y mantenga la actividad intelectual.

* Cuando recordar cosas elementales se convierte en una proeza, consulte con un neurólogo para descartar otra enfermedad grave.

* La pérdida de la memoria se puede presentar a cualquier edad, no sólo en las personas de la tercera edad.

* La falta de oxígeno en el cerebro o la inadecuada irrigación sanguínea impiden memorizar.

* La inteligencia no se mide por la capacidad de guardar información en el cerebro. Tampoco hay diferencia entre hombres y mujeres, pues ambos tienen la misma facultad.

* Adopte una dieta rica en vitaminas y minerales, pues las carencias nutricionales afectan el desempeño de un individuo en todas la áreas.

* Sea práctico(a) y aprenda a ubicar las cosas que no sean trascendentales sin necesidad de registrarlas en el cerebro.

* Hacer deporte mejora la circulación lo que permite que llegue más oxígeno al cerebro, evita el estrés y le da sentido a la existencia.

* No existe edad para aprender y envejecer no es sinónimo de incapacidad física ni mental.

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