“Sólo hay que ver las caras de felicidad y alegría que tienen y cómo están disfrutando. Ante esta enfermedad es muy importante dar alegrías y motivarlos. Disfrutan ellos pero tú también al ver sus caras de felicidad” , explicaba la presidenta, Mari Carmen Javierre, quien indicaba que tras conocer esta actividad “creímos oportuno traerla aquí y no nos hemos arrepentido”.
Dada la buena acogida entre los enfermos de esta enfermedad degenerativa mental y sus familiares la asociación se plantea seguir adelante con esta propuesta. A ella hay que añadir los talleres de estimulación, ejercicios físicos y actividades de memoria que se llevan a cabo en la nueva zona de respiro como las sesiones de fisioterapia, así como natación adaptada a este colectivo y juegos acuáticos en la piscina. “Nuestra meta es incorporar talleres nuevos y que sirvan para motivarlos para que esta enfermedad degenerativa se vaya ralentizando”, explica la presidenta.De momento la zona de respiro, inaugurada el pasado mes de septiembre con motivo del Día Internacional del Alzheimer, ya cuenta con dieciséis enfermos que acuden asiduamente a las distintas terapias que se llevan a cabo. Además este centro permite dar al familiar que se encarga de sus cuidados unas horas de descanso ya que el alzheimer es una enfermedad que acaba causando fatigas y pasando factura psicológica a los cuidadores.
Hasta que se llegue a dar con una vacuna del alzheimer, desde la asociación barbastrense consideran que para los enfermos es “fundamental estimularlos día a día, y motivarlos para que no se queden estancados”.Por su parte, Maite Mur, coordinadora de gestión y formación e iniciativas sociales de la asociación cinológica, apunta que estas sesiones pretenden que exista “una estimulación entre las personas y los perros, y compaginar ejercicios físicos con mentales y educativos para estimular a los enfermos de alzheimer”. En este sentido, durante las sesiones del martes y jueves además de jugar con los cachorros las personas con demencia senil tuvieron que ejercitar su memoria ya que cada perro tenía un nombre que debía ser recordado.
Entre los beneficios que aporta el contacto de los enfermos de alzheimer con animales de compañía, Mur afirma que un perro “no te juzga ni te valora. El objetivo de la terapia es intentar mejorar la comunicación no verbal , estimular los sentimientos, aumentar los niveles de autoestima, disminuir miedos y acrecentar los sentimientos positivos”.
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