La mejor receta!

Cuidar un enfermo de Alzheimer no es tarea fácil, es sacrificada y mal remunerada. Antes lo contrario, un cuidador suele perder sus trabajos para dedicarse a un familiar y pasada la enfermedad cae en la ruina económica muchas veces.

Un enfermo sólo puede ser cuidado si el cuidador le quiere. En otras palabras hay que amar al enfermo porque sólo el amor puede aliviar su sufrimiento.

Muchas veces el amor suele manifestarse en el contacto físico como caricias, besos, palabras cariñosas, etcétera, que el enfermo siempre agradece aunque haya olvidado quien sea él y el nombre de sus propios hijos.

Un enfermo jamás pierde su sensibilidad, el contacto físico a través del beso siempre le estimula. Las palabras cariñosas puede que no las comprenda pero sí su tono, ello le hace ver que aún es querido que hay alguien que se preocupa por él.

Ninguna receta es mejor que el amor para cuidar a un enfermo, máxime si es de la propia familia.

RECOMENDACIONES

Un enfermo de Alzheimer jamás ha perdido la sensibilidad del todo. Parece que está en otro mundo pero continúa estando aquí presente. Es muy importante esconder la tristeza de su estado y jamás dar muestras de ella ante su presencia. Todo lo contrario, hay que mostrar alegría porque ésta le estimula.

Yo me he reído mucho con mi madre, sobretodo en sus últimos años, estando en fase terminal siempre había momentos para la broma y la risa que le ayudaban a soportar sus penalidades.

Su cama llevaba siempre unos juegos de sábanas muy alegres, de colorines agradables a la vista, y solía encenderle una radio con emisoras que transmitieran música agradable y divertida.

Todo lo que escribo aquí puede ser chocante y extraño, pero es importante no añadir más tristeza al enfermo y sobretodo quitársela dentro de lo posible. Aunque tuviera el alma rota por la adversidad, jamás derramé ni una sola lágrima en presencia de mi enferma madre y siempre le mostré la cara más alegre, ella se reía no más verme, su rostro se iluminaba y a mí se me abrían las puertas del cielo.

Esta fue mi receta. Quién me visite la puede considerar disparatada y en su derecho está, pero a mí me funcionó perfectamente.