El Mal de Alzheimer puede presentar diversas variedades. Una es de tipo nervioso, una degeneración de las células del cerebro provoca la pérdida de memoria y posteriormente de la razón. El enfermo se vuelve extraño y en la última fase se convierte en un ser vegetativo.
Otros casos la enfermedad está causada por la sangre que se llena de grasa, colesterol, y las arterias se obstruyen provocando que la sangre no llegue al cerebro provocando todo el proceso ya expuesto.
Hay que precisar también que la degeneración no suele ser lineal, a veces lo es pero no es habitual.
Un enfermo de Alzheimer tiene buenas y malas épocas. A veces vuelve a ser la persona que había sido en el pasado aunque sólo parcialmente. Un mes puede haber olvidado quien fue y al siguiente recordar muchas cosas.
Hay que precisar aquí que en estas etapas un enfermo suele recordar mejor lo viejo que lo nuevo porque en su juventud su cerebro estaba fuerte y ágil, con la edad se debilita y la información nueva apenas se queda almacenada y se va tan rápido como ha venido.
Es por eso que un paciente a veces recuerda gentes, vivencias y experiencias de su juventud y de su infancia y en cambio haya olvidado etapas recientes de su existencia.
Volviendo a mi caso particular, compartido por muchos pacientes, mi madre solía llamar a María, el nombre de una hermana que falleció cuando era ella niña y tenía muy corta edad cuando la perdió. Si mi madre falleció a los 88 años, hacía dos o tres que solía llamar a su hermana mayor que tenía 7 al irse y mi madre no llegaba ni a los 4 años de edad.
Hacía más de 80 años que la tía María murió de leucemia y su recuerdo estaba aún presente en la mente de mi madre que jamás llamó ni a su hija ni a sus nietas. Salvo esta excepción, sólo recordaba mi nombre que invocaba en momentos de desesperación incluso en la semana anterior a su muerte debido a que durante mucho tiempo la única cara que veía asiduamente era la mía.
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