Capítulo Aragua

martes, 1 de abril de 2014

Consejos para hacer más llevadero el día a día del Enfermo y su cuidador

Alzheimer: consejos para hacer más llevadero el día a día del enfermo y su cuidador

No se trata de hacer las cosas por ellos, sino de ayudarles a que las hagan por si mismos. Esto reforzará su autoestima y su seguridad y les hará sentirse mejor emocionalmente.

DIFICULTADES Y SOLUCIONES
Ana Romaz / Actualizado 27 marzo 2014Ampliar el textoReducir el textoImprimir este artículoCorregir este artículoEnviar a un amigo
Cuando el Alzheimer hace su aparición, en la vida cotidiana de la persona afectada van surgiendo una serie de dificultades. Al principio no son importantes, incluso puede pasar desapercibido ese cambio de costumbres, o esa nueva manía. Pero con el tiempo iremos notando como actos sencillos se van convirtiendo en complicados. Por eso es un valioso recurso, para aquellos que les atendemos, disponer de una batería de posibles soluciones a esos retos que van a ir surgiendo día a día.

En esta primera entrega vamos a ver que podemos hacer por facilitar las cosas en el ámbito de la vida diaria.

- Si observamos dificultades para secuenciar tareas: podemos ir guiando verbalmente. Así dividimos la tarea en varios pasos más sencillos y los vamos enumerando a medida que el enfermo va resolviendo etapas.

- Si tiene dificultad para reconocer objetos o encontrar aquellos que necesita: podemos etiquetar las cosas, de modo que pueda identificarlas, o señalar los armarios para facilitarle la búsqueda.

- En caso de movilidad dificultosa: simplificaremos el espacio, retirando mobiliario y alfombras para evitar caídas. Y cuidaremos el calzado que utiliza: que se le ajuste bien al pie, que no resbale.

- En el caso de los productos químicos y de limpieza, para evitar ingestas equivocadas o usos inadecuados de los mismos: colocaremos estos productos en lugares fuera del alcance del paciente, e incluso podemos utilizar un lugar con cerradura que él/ella no pueda abrir.

- Ante la aparición de olvidos como dejarse un fuego encendido o no recordar si ha realizado una tarea: el orden, las secuencias repetidas y nuestra supervisión ayudarán a evitar posibles riesgos.

- Si observamos que existe riesgo de cortes o heridas al manipular cuchillos o herramientas: le podemos pedir su ayuda en tareas más sencillas: lavar alimentos, sacar ingredientes del frigorífico, poner la mesa, doblar ropa...

- Cuando realizar compras se complica por desorientación del enfermo: acompañarle mientras sea posible y supervisar la realización de las compras. Simplificar las cosas elaborando una lista de la compra con él/ella y calculando el importe para llevar el dinero ajustado.

- En el caso de despistes y olvidos con el dinero: limitar el dinero a su alcance pero sin impedir que lo siga utilizando mientras sea posible.

En general se trata de simplificar y facilitar las cosas. Cuanto más sencillo se lo pongamos todo más tiempo podrán ellos seguir llevando su vida normal, realizando las actividades a las que están acostumbrados y sin riesgos innecesarios.

Y un requisito imprescindible para que todo ello sea posible es controlar nuestra impaciencia ante su lentitud o su dificultad para realizar cualquier tarea. A veces ocurre que nuestra prisa nos lleva a decirles “Deja, ya lo hago yo”... pues, al igual que sucede con los niños, no se trata de hacer las cosas por ellos, sino de ayudarles a que las hagan por si mismos.

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