Capítulo Aragua

jueves, 10 de abril de 2014

Alzheimer: besos, mimos y consejos en la mesa y para la higiene del Enfermo

Alzheimer: besos, mimos y consejos en la mesa y para la higiene del enfermo

Esta enfermedad supone un trance tan duro y amargo para los que rodean al enfermo que todo lo que se pueda hacer para amortiguar el daño emocional nunca será bastante.

APLICAR SOLUCIONES

Ana Romaz / Actualizado 10 abril 2014


No hay dos enfermos que progresan de la misma manera, como no hay dosenfermedades de Alzheimer iguales, pero todos los pacientes pasan de una u otra manera por tres fases diferenciadas a lo largo de su vida. Continuando el post anteriorvamos a seguir buscando y aplicando soluciones a las dificultades que se nos pueden ir presentando con el paciente.

A la hora de comer nos podemos encontrar con situaciones como:
- Confusión con el uso de los cubiertos. Puede utilizar el tenedor para tomar una sopa o no saber manejarse con los útiles de la mesa. En este caso pondremos en la mesa sólo aquello que vaya a utilizar, de ese modo le facilitamos las cosas.
- Se distrae durante la comida y no la inicia o la continúa. Iremos diciéndole los pasos que ha de dar y le animaremos en cada uno de ellos.
- No mantiene los modales en la mesa: se mancha, juega con la comida, etc…

Ante todo tolerancia con él/ella. Muchas veces este comportamiento nace de una dificultad física para agarrar bien los cubiertos, eso se resuelve con útiles adaptados. Puede ser que el hecho de cortar se le convierta en un problema, entonces sacaremos a la mesa la comida ya cortada. En otras ocasiones es algún problema en la boca – dentadura que roza o una pequeña herida- lo que hace que el paciente no quiera comer. Debemos asegurarnos de que no sea este el caso.

- Come demasiado rápidamente con riesgo de atragantamiento. Podemos utilizar cubiertos de niño, más pequeños. Sacaremos a la mesa los platos sucesivamente, para evitar que vea muchas cosas juntas que puedan gustarle, lo que le puede hacer tragar más deprisa de lo normal.
No quiere comer. Primero trataremos de darle una presentación apetitosa a la comida y mantendremos los sabores a los que está acostumbrado tanto tiempo como sea posible. También podemos hacerle participar en la elección del menú o darle a elegir entre dos cosas distintas, esto le ayudará a mantener la toma de decisiones.

Otro aspecto que nos irá poniendo ante retos diarios es el tema de la vestimenta.
- Una de las primeras dificultades que surgirá es la que se refiere a elegir su ropa. Puede vestirse de verano en pleno invierno o viceversa. Lo mejor es dejar en su armario únicamente la ropa de temporada.
- Entonces es posible que reaccione enfadado/a ante lo que siente como una invasión de su espacio. Lo mejor es hacerle partícipe de que vamos a ordenar el armario y contar con su ayuda para ello.

- Llegará un momento en que no sepavestirse en el orden correcto, puede ponerse la ropa interior por fuera, no saber como se colocan las prendas o ser incapaz de vestirse solo. El primer paso para ayudarle será colocar la ropa ordenada según debe vestirla. El segundo, simplificar las prendas todo lo posible: cinturas elásticas, no botones, cierres a los que acceda fácilmente, zapatos sin cordones, etc…

Si, finalmente, requiere de ayuda para vestirse, la persona que le atienda debe ir contándole lo que va haciendo, de ese modo evitamos que se sienta tratado “como un niño”.

En situaciones de dependencia como las que vivimos con estos pacientes es muy importante, por parte del cuidador, no “cosificarles”. Hay que hacerles partícipes de cuanto les afecta, así ayudamos a mantener su autoestima, bastante dañada ya por el proceso que están viviendo.

- Tal vez se nos presente la circunstancia de que el enfermo quiere desvestirse continuamente. El primer paso es comprobar que en su ropa no haya nada que pueda estar molestándole. Descartada esa posibilidad y si la manía continúa nos ocuparemos de que su ropa tenga los botones, cremalleras o velcros fuera de su alcance, y de que las prendas no sean fáciles de quitar sin ayuda.
- Finalmente, y cuando ya hay problemas de movilidad y equilibrio: le ayudaremos a vestirse sentado, de manera que evitemos posibles caídas.

Y finalmente nos ocuparemos de la higiene diaria. Este es un terreno delicado, dado que afecta a uno de los aspectos más íntimo de la vida de las personas.
- Con frecuencia el paciente de Alzheimer no quiere ducharse o lavarse los dientes. Habrá que ser firmes pero afectuosos, acompañarle o ayudarle a darse una ducha tratando de que sea una experiencia lo más grata posible: un jabón que le guste, aromas atractivos, la temperatura adecuada tanto del baño como del agua.

Es posible que necesitemos realizar algunos cambios: la bañera por un plato de ducha, o instalar un asiento. Se trata de facilitarle a él/ella y a nosotros mismos la tarea, y de hacerlo con seguridad.
- Cuando la enfermedad avanza se puede presentar el caso de que el paciente no reconozca el baño o el inodoro. Esto puede producir situaciones complicadas y poco agradables.

Lo mejor es acompañarle al baño, explicándole que es lo que va a hacer allí y supervisando discretamente que se desviste y utiliza el baño correctamente. Pero siempre hay que recordar sus sentimientos acerca de que otra persona invada su intimidad…necesitaremos mano izquierda, paciencia, mucho cariño y algo de humor no vendrá mal.

- Cuando observemos que empieza a darse una pérdida de control de esfínteres: preguntarle con cierta frecuencia si necesita ir al baño será una solución, en una primera fase. También puede ayudarnos el pautar un horario, si no lo teníamos. Y finalmente llegará la fase de los pañales, en la que, una vez más, nuestra sensibilidad será el factor que añadirá calidad a la vida de quien cuidamos.

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