Día 17/01/2013 - 14.07h
Entre sus ventajas, el que sea la única que no produce hemorragias cerebrales y reacciones neuroinflamatorias
Investigadores del Centro de Investigación Biomédica EuroEspes, ubicado en la localidad coruñesa de Bergondo han creado la primera vacuna preventiva y terapéutica eficaz contra el Alzheimer, que ya ha obtenido la patente para su fabricación en Estados Unidos. Denominada como EB-101, la vacuna ya ha sido probada en animales transgénicos portadores de las principales mutaciones genéticas responsables de la enfermedad en seres humanos. En estos análisis, los expertos han conseguido que los animales no desarrollaran esta patología a lo largo de su vida y han asegurado que, aunque no se «resucitan las neuronas» se puede detener el curso de la enfermedad y devolver la estructura del cerebro a condiciones normales.
La aprobación de los ensayos clínicos en los próximos años podría hacer que esta esperada vacuna sea una realidad en el plazo de unos 6 a 10 años. Y es que, la aparición de esta fármaco tiene especial importancia por el hecho de que en España se calcula que entre 500.000 y 1.300.000 personas padecen Alzheimer, con una prevalencia del 1 por ciento en las personas con 65 años y de más del 25 por ciento en los mayores de 85 años. Una cifra que, debido al envejecimiento de la sociedad, podría cuadruplicarse en los próximos 50 años.
En la actualidad, el tratamiento supone un gasto medio por paciente y año de unos 22.000 euros; un 10 por ciento de los costes directos del Alzheimer son gasto farmacéutico. Actualmente hay en el mundo unas 36 millones de personas afectadas por Alzheimer. En el caso de que la vacuna vea por fin la luz y se pueda administrar en humanos, no se administrará en una sola dosis sino que se dará en diferentes tandas y en periodos establecidos en los que tendrá una especial relevancia el perfil genómico de la persona. «Serán, por ejemplo, en tandas de tres meses cada año», matizan los profesionales. , para zanjar asegurando que «no hay prisa» para desarrollarla. «Nos tiene que guiar la prudencia y la sensatez y tenemos que avanzar hacia la medicina personalizada», concluyen. Entre sus ventajas, el que sea la única que no produce hemorragias cerebrales y reacciones neuroinflamatorias.
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