Funciones Mentales Afectadas por el Parkinson
El Parkinson afecta las funciones mentales básicas generando incapacidad y frustración en la persona que tiene esta enfermedad. La Psicóloga Saray Hermosilla nos explica aspectos de la demencia asociada al Parkinson y cuáles funciones mentales se entorpecen por efecto de la enfermedad; adicionalmente nos aconseja cómo relacionarnos mejor las personas que tienen estas dificultades.
La presencia de trastornos cognitivos en la enfermedad de Parkinson se ignoró durante mucho tiempo. Sin embargo, hoy sabemos que suelen ir en paralelo con la progresión y la gravedad de la enfermedad. La demencia en la enfermedad de Parkinson es causa de grave invalidez y parece ser mucho más frecuente de lo que se suponía. Como factores de riesgo para la demencia asociada podemos encontrar:
Por último, no debemos olvidar que el tratamiento destinado a estas personas no debe restringirse a la farmacología; aunque ésta resulte imprescindible. La intervención, en mayor o menor medida, del neuropsicólogo, fisioterapeuta, logopeda y terapeuta ocupacional, resultará fundamental para la mejora de la calidad de vida del paciente:
Escrito por:
Saray Hermosilla
Psicóloga
La enfermedad de Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente en el adulto después del Alzheimer. No se trata de una enfermedad reciente pues ya fue descrita en 1817 por Sir James Parkinson, quien la denominó “parálisis agitante”, destacando así sus síntomas motores más notorios: la acinesia (parálisis) y el temblor (agitación).
Entre las manifestaciones clínicas no motoras podemos encontrar depresión, ansiedad, cambios en la personalidad y labilidad emocional, alteraciones en el patrón del sueño, alucinaciones, delirios y demencia.La presencia de trastornos cognitivos en la enfermedad de Parkinson se ignoró durante mucho tiempo. Sin embargo, hoy sabemos que suelen ir en paralelo con la progresión y la gravedad de la enfermedad. La demencia en la enfermedad de Parkinson es causa de grave invalidez y parece ser mucho más frecuente de lo que se suponía. Como factores de riesgo para la demencia asociada podemos encontrar:
- Edad avanzada
- Comienzo tardío de la enfermedad de Parkinson
- Mayor gravedad del cuadro clínico
- Predominio a nivel extrapiramidal de rigidez y acinesia
- Tratamiento con determinados fármacos
- Atención: aparecen claras dificultades ante aquellas tareas que requieren un mantenimiento voluntario y prolongado de la atención. Estas dificultades pueden fluctuar de un día para otro e incluso variar a lo largo de un mismo día.
- Memoria: el almacenamiento de la información, así como la memoria a largo plazo, suele estar conservada pero su recuperación es pobre; provocando de esta manera fallos en el aprendizaje.
- Funciones ejecutivas: la capacidad de planificación u organización, así como la ejecución de tareas secuenciales, se ven gravemente afectadas; apareciendo grandes dificultades para la toma de decisiones cotidianas.
- Funciones visuoespaciales: existen dificultades en apreciar la posición relativa de los objetos en el espacio y en la ejecución de operaciones mentales que impliquen este tipo de conceptos espaciales.
- Lenguaje: la fluidez verbal se encuentra claramente afectada mientras que la comprensión verbal se mantiene relativamente bien conservada. Con frecuencia tienden a hablar a un volumen muy bajo y presentan dificultades en la articulación. También son frecuentes los déficits en lecto-escritura; los temblores típicos de la enfermedad, junto a la rigidez muscular, alteran el ritmo, la forma y el tamaño de las letras.
Por último, no debemos olvidar que el tratamiento destinado a estas personas no debe restringirse a la farmacología; aunque ésta resulte imprescindible. La intervención, en mayor o menor medida, del neuropsicólogo, fisioterapeuta, logopeda y terapeuta ocupacional, resultará fundamental para la mejora de la calidad de vida del paciente:
- El neuropsicólogo evaluará las funciones cognitivas superiores de la persona (memoria, atención, lenguaje…), y trabajará los problemas cognitivos, conductuales y emocionales resultantes de la enfermedad.
- El fisioterapeuta buscará optimizar la movilidad del paciente y mantener su independencia, trabajando para ello el equilibrio, postura y marcha del paciente; así como la flexibilidad y coordinación de movimientos.
- El logopeda trabajará las dificultades que surgen con frecuencia en la deglución, el habla, la voz y la lecto-escritura; de forma que mejoren las habilidades comunicativas y aumenten sus relaciones sociales.
- El terapeuta ocupacional buscará conseguir la máxima autonomía de la persona en sus actividades diarias, tanto en el cuidado de sí mismo como a nivel doméstico o laboral, sin olvidarse de las actividades de ocio y tiempo libre.
Escrito por:
Saray Hermosilla
Psicóloga
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