Capítulo Aragua

miércoles, 6 de junio de 2012

Funciones Mentales Afectadas por el Parkinson

Funciones Mentales Afectadas por el Parkinson

El Parkinson afecta las funciones mentales básicas generando incapacidad y frustración en la persona que tiene esta enfermedad. La Psicóloga Saray Hermosilla nos explica aspectos de la demencia asociada al Parkinson y cuáles funciones mentales se entorpecen por efecto de la enfermedad; adicionalmente nos aconseja cómo relacionarnos mejor las personas que tienen estas dificultades.

foto por: Milkwoonders
La enfermedad de Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente en el adulto después del Alzheimer. No se trata de una enfermedad reciente pues ya fue descrita en 1817 por Sir James Parkinson, quien la denominó “parálisis agitante”, destacando así sus síntomas motores más notorios: la acinesia (parálisis) y el temblor (agitación).
Entre las manifestaciones clínicas no motoras podemos encontrar depresión, ansiedad, cambios en la personalidad y labilidad emocional, alteraciones en el patrón del sueño, alucinaciones, delirios y demencia.
La presencia de trastornos cognitivos en la enfermedad de Parkinson se ignoró durante mucho tiempo. Sin embargo, hoy sabemos que suelen ir en paralelo con la progresión y la gravedad de la enfermedad. La demencia en la enfermedad de Parkinson es causa de grave invalidez y parece ser mucho más frecuente de lo que se suponía. Como factores de riesgo para la demencia asociada podemos encontrar:
  1. Edad avanzada
  2. Comienzo tardío de la enfermedad de Parkinson
  3. Mayor gravedad del cuadro clínico
  4. Predominio a nivel extrapiramidal de rigidez y acinesia
  5. Tratamiento con determinados fármacos
El tipo de demencia que solemos encontrar en estos pacientes es de tipo subcortical (a diferencia del Alzheimer que tiende a ser cortical). Entre las alteraciones cognitivas típicas del Parkinson podemos destacar:
  1. Atención: aparecen claras dificultades ante aquellas tareas que requieren un mantenimiento voluntario y prolongado de la atención. Estas dificultades pueden fluctuar de un día para otro e incluso variar a lo largo de un mismo día.
  2. Memoria: el almacenamiento de la información, así como la memoria a largo plazo, suele estar conservada pero su recuperación es pobre; provocando de esta manera fallos en el aprendizaje.
  3. Funciones ejecutivas: la capacidad de planificación u organización, así como la ejecución de tareas secuenciales, se ven gravemente afectadas; apareciendo grandes dificultades para la toma de decisiones cotidianas.
  4. Funciones visuoespaciales: existen dificultades en apreciar la posición relativa de los objetos en el espacio y en la ejecución de operaciones mentales que impliquen este tipo de conceptos espaciales.
  5. Lenguaje: la fluidez verbal se encuentra claramente afectada mientras que la comprensión verbal se mantiene relativamente bien conservada. Con frecuencia tienden a hablar a un volumen muy bajo y presentan dificultades en la articulación. También son frecuentes los déficits en lecto-escritura; los temblores típicos de la enfermedad, junto a la rigidez muscular, alteran el ritmo, la forma y el tamaño de las letras.
Dradipsiquia: un aspecto muy a tener en cuenta en estos pacientes es la bradipsiquia que se define como el enlentecimiento generalizado del pensamiento; a estos enfermos les cuesta mucho tiempo procesar la información y generar una respuesta adecuada, aunque el pensamiento lógico no se encuentre muy afectado. Por este motivo, es conveniente dirigirse a ellos con un lenguaje claro y sencillo, darles tiempo suficiente, y acorde a la gravedad de su patología, para responder o iniciar una tarea concreta, y no abrumarlos ofreciéndoles la misma información una y otra vez pero con distintas palabras. De esta manera, lo que provocamos es bloquearlos con demasiada información irrelevante, pasando por alto que el hecho de que el tiempo de respuesta sea más largo del esperado no significa que no haya comprendido el mensaje.
Por último, no debemos olvidar que el tratamiento destinado a estas personas no debe restringirse a la farmacología; aunque ésta resulte imprescindible. La intervención, en mayor o menor medida, del neuropsicólogo, fisioterapeuta, logopeda y terapeuta ocupacional, resultará fundamental para la mejora de la calidad de vida del paciente:
  1. El neuropsicólogo evaluará las funciones cognitivas superiores de la persona (memoria, atención, lenguaje…), y trabajará los problemas cognitivos, conductuales y emocionales resultantes de la enfermedad.
  2. El fisioterapeuta buscará optimizar la movilidad del paciente y mantener su independencia, trabajando para ello el equilibrio, postura y marcha del paciente; así como la flexibilidad y coordinación de movimientos.
  3. El logopeda trabajará las dificultades que surgen con frecuencia en la deglución, el habla, la voz y la lecto-escritura; de forma que mejoren las habilidades comunicativas y aumenten sus relaciones sociales.
  4. El terapeuta ocupacional buscará conseguir la máxima autonomía de la persona en sus actividades diarias, tanto en el cuidado de sí mismo como a nivel doméstico o laboral, sin olvidarse de las actividades de ocio y tiempo libre.
Las dificultades para expresarse correctamente, coordinar movimientos sencillos y resolver problemas cotidianos, resultan profundamente frustrantes para la persona; lo que aumenta su nivel de ansiedad y provoca cambios en su estado de ánimo, pudiendo desembocar todo ello en una importante fuente de conflictos familiares. Por este motivo, los grupos de apoyo destinados a este tipo de pacientes y a sus familiares pueden resultar sumamente útiles en determinados casos.
Escrito por:
Saray Hermosilla
Psicóloga

No hay comentarios:

Sitio Oficial

Ladrón de los Recuerdos

Publicidad

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...