Por primera vez una vacuna logra resultados exitosos en la prevención de la acumulación de depósitos en el cerebro que se cree causan Alzheimer
En los ensayos preliminares con humanos la vacuna demostró ser segura y no produjo efectos secundarios en los pacientes con Alzheimer.
Estos resultados, afirma la investigación publicada en The Lancet Neurology, allanan el camino para llevar a cabo ensayos clínicos más amplios para confirmar la efectividad del fármaco.
Si se comprueba su eficacia, dicen los expertos, será un avance muy importante en la búsqueda de una cura para esta enfermedad degenerativa que, según la Organización Mundial de la Salud, ya se convirtió en la mayor epidemia global.
Aunque no se sabe con precisión qué es lo que causa Alzheimer, se cree que la enfermedad es provocada por la acumulación de una proteína -llamada beta-amiloide- que en lugar de descomponerse, como ocurre normalmente, forma placas tóxicas en el cerebro causando daño y muerte celular.
Esto eventualmente provoca los problemas de memoria y otras incapacidades cognitivas que son los síntomas típicos de la enfermedad de Alzheimer.
Desde hace tiempo varios equipos de investigadores en todo el mundo están tratando de encontrar formas de prevenir la acumulación de esta sustancia.
Hace más de una década se probó por primera vez una vacuna, pero los resultados en humanos mostraron graves efectos adversos y el estudio fue suspendido.
Ahora, la nueva vacuna -llamada CAD 106- mostró por primera vez que sus efectos pueden ser bien tolerados por los humanos.
El fármaco actúa estimulando al sistema inmune para que desarrolle una respuesta de ataque contra la formación de la proteína amiloide en el cerebro.
La investigación, dirigida por el profesor Bengt Winblad del Centro de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer del Instituto Karolinska, en Estocolmo, involucró a 58 personas de entre 50 y 80 años.
Todos los individuos mostraban las primeras etapas de Alzheimer, de leve a moderado.
Los pacientes fueron divididos aleatoriamente en dos grupos: en uno recibieron tres inyecciones de la vacuna CAD 106 y en el otro tres inyecciones de un placebo.
Al final del ensayo de tres años, los análisis de sangre de los participantes mostraron que el 80% de los participantes que habían recibido las inyecciones de CAD 106 tenía niveles más altos de anticuerpos, los cuales los habían protegido contra la formación de placas amiloides.
Según los investigadores, 56 participantes experimentaron efectos secundarios leves, como síntomas similares a los de un resfriado o una erupción en el sitio de la inyección.
Pero ninguno experimentó efectos secundarios graves vinculados al fármaco.
Tal como señalan los investigadores, estos resultados indican que el tratamiento “es seguro y bien tolerado” para uso en humanos y ahora deberán confirmarse sus efectos positivos en ensayos clínicos más amplios.
También deberá mostrarse si la vacuna, además de prevenir la formación de placas amiloides, puede mejorar las funciones cognitivas de los enfermos de Alzheimer.
Las investigaciones han mostrado que las placas amiloides comienzan a formarse antes de aparezcan los síntomas de la demencia.
Por lo tanto, afirman los expertos, cualquier tratamiento será más efectivo si es suministrado en las primeras etapas de la enfermedad.
“Este ensayo de seguridad es un primer paso muy importante”, afirma el doctor Simon Ridley, jefe de investigación de la organización Alzheimer Research Uk.
“Ahora viene la verdadera prueba para descubrir si el tratamiento es efectivo para combatir la enfermedad de Alzheimer”.
“Los ensayos clínicos amplios y de largo plazo determinarán si la CAD 106 puede ayudar a la memoria y capacidades cognitivas de las personas, además de reducir la cantidad de amiloide en el cerebro”, agrega.
Encontrar un fármaco capaz de revertir o al menos detener los síntomas de Alzheimer y otras formas de demencia se ha convertido en asunto de urgencia para muchos científicos en todo el mundo.
Se calcula que actualmente unos 26 millones de personas sufren alguna forma de demencia en el mundo y se predice que la cifra se duplicará cada 20 años para alcanzar 81 millones en el 2040. (BBC, Diario Católico)
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