Capítulo Aragua

jueves, 3 de mayo de 2012

Volverá la alegría acompañando al recuerdo de su risa... algún día Dice un refrán que las penas compartidas se dividen y las alegrías compartidas se multiplican… mientras estuvo con nosotros multiplicamos mucho, ahora estamos dividiendo. EL ALZHEIMER SE LA LLEVÓ


Volverá la alegría acompañando al recuerdo de su risa... algún día

Dice un refrán que las penas compartidas se dividen y las alegrías compartidas se multiplican… mientras estuvo con nosotros multiplicamos mucho, ahora estamos dividiendo.

EL ALZHEIMER SE LA LLEVÓ
Ana Romaz / Actualizado 20 abril 2012
No soy capaz de expresar la enorme tristeza, el vacío, que siento. Nada te prepara para el momento en que ves que la persona que tanto quieres deja de tener ese hálito vital que, en segundos, nos hace dejar de estar vivos.

Después de tantos y tan duros días de hospital llegó el momento que esperábamos y Mamá dejó de ser. Fue un adiós dulce y tranquilo, todos pudimos estar un ratito a solas con ella, y creo que todos le hicimos llegar, a través de las brumas de la sedación, todo el amor que nos ha dado y nos deja.

No somos gente dramática, y entre nosotros fue unánime el sentimiento de que nos ha dejado tal como ella fue, en unos instantes llenos de ternura y paz.
Ahora descansa, se lo ha ganado, con su gente querida de allá arriba.

La hemos llevado de vuelta a la tierra en que vio la primera luz y que tanto amaba. Estoy segura de que su espíritu está disfrutando de las encinas y las jaras, de las rocas de granito y los enebros y de los altos cerros por los que tanto le gustaba caminar.

Aquellos en los que me enseñó, en mi infancia, antes del maldito Alzheimer, los nombres de las plantas y los pájaros, aquellos por los que siempre que caminábamos, fuera cual fuera la estación del año, decía
- ¡Cuánto me gusta esta época, la luz es tan bonita!.

Estuvimos todos allí, a su alrededor, celebrando en su memoria una subida a su pico favorito, ese en el que mi padre se le declaró y en el que decidieron construir su vida juntos. Ahora que su cuerpo ha vuelto a ser parte de la tierra en que nació, su alma estará escuchando el viento entre los chopos que crecen en un arroyo cercano.

De vuelta a casa, retomando el ritmo normal de los días, siento que los lazos entre nosotros se han apretado, que lo vivido nos ha unido un poquito más, esa es la mejor herencia que nos deja: nos enseñó el valor inestimable de la familia, del cariño de verdad, sin mucha palabrería pero hondo como las raíces de una encina.

Cada uno de nosotros tendrá que seguir su propio proceso de duelo, pero el poder compartir un rato con alguien que sabe de que hablas, que te comprende y comparte lo que estás viviendo, nos servirá a todos para sentirnos más acompañados, ahora que el mundo será un sitio un poco más triste y más frío sin ella, para todos los que la conocimos, la quisimos y hemos tenido la suerte de disfrutar su compañía.

Hay un refrán antiguo que dice que las penas compartidas se dividen y las alegrías compartidas se multiplican… mientras estuvo con nosotros multiplicamos mucho, muchas veces…ahora estamos dividiendo, pero volverá la alegría acompañando al recuerdo de su risa… algún día.

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