Cuide de usted para poder cuidar a otros
Los médicos y expertos en salud dicen que es importante para los cuidadores de los pacientes con Alzheimer que cuiden de sí mismos. Los grupos de apoyo son una alternativa
Laura Isensee
lisensee@MiamiHerald.com
Tom y Margaret Canning, naturales de Irlanda, llevan casados 54 años. Es una travesía que los ha llevado desde bailar en la ciudad de Nueva York a jugar golf en Florida.
La enfermedad de Alzheimer ha marcado la última década de su matrimonio. Margaret, de 79 años, padece la enfermedad y Tom, de 82 años, cuida de ella y del hogar en Pembroke Pines.
“Estamos ahora en la etapa en que no podemos mantener una conversación. Ella divaga y el diálogo no tiene ningún significado”, dice Canning.
Él aún la ama y trata de ser paciente con la situación. Para eso los grupos de apoyo lo han ayudado a sobrellevar la situación. Las sesiones sobre temas como el manejo del coraje le han enseñado destrezas claves para cuidarla.
Varias veces a la semana, Canning lleva a su esposa a un centro para adultos en Pembroke Pines. Su esposa, quien sigue siendo una persona sociable, disfruta estar con otras personas. Ese tiempo le ofrece a Canning una oportunidad para hacer ejercicio, hacer compras y tomarse un descanso de su tarea de cuidador.
“Si no fuera por esa oportunidad, sería aún más estresante”, dice Canning.
Los médicos y los expertos en salud dicen que es importante que las personas a cargo de un familiar o amigo enfermo, como Canning, cuiden de sí mismos.
“Hay una relación directa entre sentirse mejor consigo mismo y cuidarse, es mucho mejor para el paciente”, dice Bonnie Bonomo, defensora del paciente de Leeza’s Place en el Memorial Hospital Pembroke. El centro ofrece actividades sociales, grupos de apoyo y clases educativas para cuidadores.
Dice Bonomo: “Primero, debe ocuparse de usted. Si usted no se para firme, con sus dos pies en el piso, no será posible que pueda cuidar de otra persona.”
El Dr. Saneet Kumar, psicólogo clínico del Memorial Healthcare System, dice que es común que las personas que cuidan de otras con enfermedades crónicas, ven cómo su salud decae. No pueden dormir bien, comen comida rápida, se ejercitan menos y dejan pasar las citas con sus médicos. Pueden surgir problemas emocionales, tales como depresión, ansiedad e irritabilidad.
Para los cuidadores de pacientes con Alzheimer, la situación puede ser más complicada, ya que sus personas amadas pueden agitarse y disgustarse cuando no están con su cuidador principal.
“El cuidador se siente atado a la persona querida y no puede irse. Hay solo una persona con quien el paciente se siente seguro y para esa persona, su propia salud comienza también a deteriorarse”, dice Kumar. “Lo más difícil para la mayoría de los cuidadores es tratar de delegar responsabilidad a servicios sociales y a otros integrantes de la familia.”
Explica que hasta sacar una hora al día para hacer diligencias, dar una caminata o planificar una comida, puede ayudar. Aconseja que si un cuidador se siente deprimido por un período de dos semanas o más, debe buscar ayuda profesional. El ejercicio puede ser una gran medicina para el estado de ánimo, dice Kumar. Puede ejercitarse entre 30 minutos y una hora, tres o cuatro veces por semana.
Los cuidadores tampoco deben olvidar reír. Una película cómica, un chiste en el internet o las tirillas cómicas en el periódico pueden aliviar el estado de ánimo. Incluso 30 segundos de risa pueden ayudar a alguien a manejar situaciones estresantes.
“Para una persona que padece Alzheimer o demencia puede ser difícil reír. Hemos encontrado que el reír es una medicina muy buena, es muy barata y no tiene que salir de la casa para obtenerla”, comenta.
Canning cuenta sus bendiciones. Dice que los grupos de apoyo en Leeza’s Place han sido un salvavidas.
“Todos necesitamos de otras personas”, dice. “No importa cuál sea su situación, siempre hay otros que necesitan escuchar su historia y que pueden ofrecerle algún consejo”.
La enfermedad de Alzheimer ha marcado la última década de su matrimonio. Margaret, de 79 años, padece la enfermedad y Tom, de 82 años, cuida de ella y del hogar en Pembroke Pines.
“Estamos ahora en la etapa en que no podemos mantener una conversación. Ella divaga y el diálogo no tiene ningún significado”, dice Canning.
Él aún la ama y trata de ser paciente con la situación. Para eso los grupos de apoyo lo han ayudado a sobrellevar la situación. Las sesiones sobre temas como el manejo del coraje le han enseñado destrezas claves para cuidarla.
Varias veces a la semana, Canning lleva a su esposa a un centro para adultos en Pembroke Pines. Su esposa, quien sigue siendo una persona sociable, disfruta estar con otras personas. Ese tiempo le ofrece a Canning una oportunidad para hacer ejercicio, hacer compras y tomarse un descanso de su tarea de cuidador.
“Si no fuera por esa oportunidad, sería aún más estresante”, dice Canning.
Los médicos y los expertos en salud dicen que es importante que las personas a cargo de un familiar o amigo enfermo, como Canning, cuiden de sí mismos.
“Hay una relación directa entre sentirse mejor consigo mismo y cuidarse, es mucho mejor para el paciente”, dice Bonnie Bonomo, defensora del paciente de Leeza’s Place en el Memorial Hospital Pembroke. El centro ofrece actividades sociales, grupos de apoyo y clases educativas para cuidadores.
Dice Bonomo: “Primero, debe ocuparse de usted. Si usted no se para firme, con sus dos pies en el piso, no será posible que pueda cuidar de otra persona.”
El Dr. Saneet Kumar, psicólogo clínico del Memorial Healthcare System, dice que es común que las personas que cuidan de otras con enfermedades crónicas, ven cómo su salud decae. No pueden dormir bien, comen comida rápida, se ejercitan menos y dejan pasar las citas con sus médicos. Pueden surgir problemas emocionales, tales como depresión, ansiedad e irritabilidad.
Para los cuidadores de pacientes con Alzheimer, la situación puede ser más complicada, ya que sus personas amadas pueden agitarse y disgustarse cuando no están con su cuidador principal.
“El cuidador se siente atado a la persona querida y no puede irse. Hay solo una persona con quien el paciente se siente seguro y para esa persona, su propia salud comienza también a deteriorarse”, dice Kumar. “Lo más difícil para la mayoría de los cuidadores es tratar de delegar responsabilidad a servicios sociales y a otros integrantes de la familia.”
Explica que hasta sacar una hora al día para hacer diligencias, dar una caminata o planificar una comida, puede ayudar. Aconseja que si un cuidador se siente deprimido por un período de dos semanas o más, debe buscar ayuda profesional. El ejercicio puede ser una gran medicina para el estado de ánimo, dice Kumar. Puede ejercitarse entre 30 minutos y una hora, tres o cuatro veces por semana.
Los cuidadores tampoco deben olvidar reír. Una película cómica, un chiste en el internet o las tirillas cómicas en el periódico pueden aliviar el estado de ánimo. Incluso 30 segundos de risa pueden ayudar a alguien a manejar situaciones estresantes.
“Para una persona que padece Alzheimer o demencia puede ser difícil reír. Hemos encontrado que el reír es una medicina muy buena, es muy barata y no tiene que salir de la casa para obtenerla”, comenta.
Canning cuenta sus bendiciones. Dice que los grupos de apoyo en Leeza’s Place han sido un salvavidas.
“Todos necesitamos de otras personas”, dice. “No importa cuál sea su situación, siempre hay otros que necesitan escuchar su historia y que pueden ofrecerle algún consejo”.
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