¿Pueden la velocidad del paso y la fuerza de la mano en la mediana edad predecir el riesgo de demencia?
Posted:
18 Feb 2012 06:36 AM PST
MIÉRCOLES, 15 de febrero (HealthDay News) — La
velocidad con que se camina y qué tan fuerte es el agarre de la mano en la
mediana edad podría ayudar a predecir las probabilidades de demencia o accidente
cerebrovascular (ACV) más adelante en la vida, sugiere un estudio reciente.
Las pruebas para evaluar la velocidad del paso y el agarre se pueden llevar a cabo con facilidad en el consultorio médico, anotó la autora del estudio, la Dra. Erica C. Camargo, del Centro Médico de Boston.
Camargo y colegas evaluaron la velocidad del paso, la fuerza de agarre de la mano y la función cognitiva de más de 2,400 personas con una edad promedio de 62 años. Los participantes también se sometieron a escáneres cerebrales.
En el periodo de seguimiento de hasta once años, 34 personas desarrollaron demencia (incluso Alzheimer) y 70 sufrieron de un ACV.
Las personas que tenían una velocidad de paso más lenta al inicio del estudio tenían 1.5 veces más probabilidades de desarrollar demencia que las que tenían un paso más rápido, según los hallazgos, que serán presentados en la reunión anual de la Academia Americana de Neurología (American Academy of Neurology, AAN), en Nueva Orleáns, en abril.
Las personas a partir de los 65 que tenían una mayor fuerza de agarre en la mano al inicio del estudio tenían 42 por ciento menos probabilidades de sufrir un ACV o un mini ACV (ataque isquémico transitorio) que las que tenían menos fuerza de agarre. Esta diferencia no se observó en personas menores de 65.
“Aunque la fragilidad y un menor rendimiento físico en las personas mayores se han asociado con un mayor riesgo de demencia, hasta ahora no estábamos seguros de cómo afectaba a las personas de mediana edad”, comentó Camargo en un comunicado de prensa de la AAN.
Los investigadores también hallaron que una velocidad de paso más lenta se asociaba con un volumen cerebral total más bajo y un peor rendimiento en pruebas de memoria, lenguaje y toma de decisiones. Un agarre de la mano más fuerte se asoció con un volumen cerebral total más alto y mejores resultados en las pruebas de pensamiento y memoria en que las personas tenían que identificar similitudes entre los objetos.
“Se necesita más investigación para comprender por qué esto sucede y si la enfermedad preclínica podría causar un paso lento y una menor fuerza”, planteó Camargo.
Los expertos afirmaron que los hallazgos podrían resultar valiosos para evaluar el riesgo de los pacientes.
“No está claro por qué existe esa correlación entre la velocidad del paso y el agarre de la mano con estos procesos de enfermedad, pero se trata de dos pruebas sencillas que nos dan pistas preclínicas sobre qué esperar, y que nos permiten implementar una prevención”, aseguró la Dra. Suzanne Steinbaum, cardióloga preventiva del Hospital Lenox Hill en la ciudad de Nueva York.
El Dr. Marshall Keilson, director de neurología del Centro médico Maimonides en la ciudad de Nueva York, se mostró de acuerdo. Anotó que “como mínimo, esta investigación sugiere métodos novedosos para identificar temprano el riesgo de demencia y accidente cerebrovascular. Sería interesante evaluar una población de pacientes incluso más jóvenes con este mismo protocolo”.
Los hallazgos presentados en reuniones médicas se deben considerar preliminares hasta que se publican en una revista revisada por profesionales.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Marshall Keilson, M.D., director, neurology, Maimonides Medical
Center, New York City; Suzanne Steinbaum, M.D., preventive cardiologist, Lenox
Hill Hospital, New York City; American Academy of Neurology, news release, Feb.
15, 2012Las pruebas para evaluar la velocidad del paso y el agarre se pueden llevar a cabo con facilidad en el consultorio médico, anotó la autora del estudio, la Dra. Erica C. Camargo, del Centro Médico de Boston.
Camargo y colegas evaluaron la velocidad del paso, la fuerza de agarre de la mano y la función cognitiva de más de 2,400 personas con una edad promedio de 62 años. Los participantes también se sometieron a escáneres cerebrales.
En el periodo de seguimiento de hasta once años, 34 personas desarrollaron demencia (incluso Alzheimer) y 70 sufrieron de un ACV.
Las personas que tenían una velocidad de paso más lenta al inicio del estudio tenían 1.5 veces más probabilidades de desarrollar demencia que las que tenían un paso más rápido, según los hallazgos, que serán presentados en la reunión anual de la Academia Americana de Neurología (American Academy of Neurology, AAN), en Nueva Orleáns, en abril.
Las personas a partir de los 65 que tenían una mayor fuerza de agarre en la mano al inicio del estudio tenían 42 por ciento menos probabilidades de sufrir un ACV o un mini ACV (ataque isquémico transitorio) que las que tenían menos fuerza de agarre. Esta diferencia no se observó en personas menores de 65.
“Aunque la fragilidad y un menor rendimiento físico en las personas mayores se han asociado con un mayor riesgo de demencia, hasta ahora no estábamos seguros de cómo afectaba a las personas de mediana edad”, comentó Camargo en un comunicado de prensa de la AAN.
Los investigadores también hallaron que una velocidad de paso más lenta se asociaba con un volumen cerebral total más bajo y un peor rendimiento en pruebas de memoria, lenguaje y toma de decisiones. Un agarre de la mano más fuerte se asoció con un volumen cerebral total más alto y mejores resultados en las pruebas de pensamiento y memoria en que las personas tenían que identificar similitudes entre los objetos.
“Se necesita más investigación para comprender por qué esto sucede y si la enfermedad preclínica podría causar un paso lento y una menor fuerza”, planteó Camargo.
Los expertos afirmaron que los hallazgos podrían resultar valiosos para evaluar el riesgo de los pacientes.
“No está claro por qué existe esa correlación entre la velocidad del paso y el agarre de la mano con estos procesos de enfermedad, pero se trata de dos pruebas sencillas que nos dan pistas preclínicas sobre qué esperar, y que nos permiten implementar una prevención”, aseguró la Dra. Suzanne Steinbaum, cardióloga preventiva del Hospital Lenox Hill en la ciudad de Nueva York.
El Dr. Marshall Keilson, director de neurología del Centro médico Maimonides en la ciudad de Nueva York, se mostró de acuerdo. Anotó que “como mínimo, esta investigación sugiere métodos novedosos para identificar temprano el riesgo de demencia y accidente cerebrovascular. Sería interesante evaluar una población de pacientes incluso más jóvenes con este mismo protocolo”.
Los hallazgos presentados en reuniones médicas se deben considerar preliminares hasta que se publican en una revista revisada por profesionales.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
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