La historia empieza en 2002 cuando la profesora A. Nordberg del Instituto Karolinska de Suecia visualiza por tomografía de emisión de positrones (PET) un deposito de amiloide en el cerebro de un paciente de 56 años con diagnostico de enfermedad de Alzheimer. Su equipo siguió la evolución de la lesión con este método y el déficit cognitivo con pruebas psicométricas a lo largo de la evolución de la enfermedad, finalizando por un estudio patológico y neuroquímico del tejido cerebral después del fallecimiento del enfermo.
Los autores acaban de publicar los resultados de su investigación en la revista Brain. Curiosamente, encontraron una alta concentración de sustancia amiloide en el cerebro cuando el enfermo todavía tenía un déficit cognitivo leve contratando con una mínima modificación a lo largo de la fase clínica de la enfermedad.
Fuente: Pet imaging and clinical progression in relation to molecular pathology in the first PIB PET AD patient, en:Brain;2010:ed. online 14 diciembre (Artículo completo).
Se demostró que el metabolismo energético del cerebro medido también por PET disminuía a medida que aumentaba el deterioro de la memoria.
Los autores acaban de publicar los resultados de su investigación en la revista Brain. Curiosamente, encontraron una alta concentración de sustancia amiloide en el cerebro cuando el enfermo todavía tenía un déficit cognitivo leve contratando con una mínima modificación a lo largo de la fase clínica de la enfermedad.
Fuente: Pet imaging and clinical progression in relation to molecular pathology in the first PIB PET AD patient, en:Brain;2010:ed. online 14 diciembre (Artículo completo).
Se demostró que el metabolismo energético del cerebro medido también por PET disminuía a medida que aumentaba el deterioro de la memoria.
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