Capítulo Aragua

domingo, 18 de julio de 2010

El 76% de las personas con Alzheimer leve puede conducir

MADRID.- Las conductores que padecen Alzheimer u otras demencias presentan, en términos generales, un mayor peligro de sufrir accidentes. Sin embargo, hay estudios que demuestran que entre el 41% y el 76% de los afectados por este tipo de enfermedades en sus fases iniciales puede seguir conduciendo durante un tiempo.

La Academia Americana de Neurología publica en el último número de la revista 'Neurology' una actualización de las herramientas que pueden ayudar a los médicos, los pacientes y sus cuidadores a saber cuándo ha llegado el momento de dejar el coche en el garaje definitivamente.

"Es importante que los especialistas valoren esta cuestión con los afectados y sus familiares justo después del diagnóstico, ya que prohibir la conducción afectará a la calidad de vida del paciente y puede derivar en otros problemas de salud, como depresión", señala Donald Iverson, del Grupo Médico Neurológico de Eureka (California, Estados Unidos) y autor principal del nuevo documento.

Los expertos recalcan que, siempre que se opta por dar un voto de confianza a aquellas personas con Alzheimer incipiente, es preciso reevaluar periódicamente (a ser posible, cada seis meses) su pericia.

Evaluación

Las recomendaciones repasan la evidencia científica de distintos formatos de cuestionarios y escalas de medida que permiten predecir, con mayor o menor margen de error, qué enfermos de Alzheimer pueden constituir un peligro al volante. Por desgracia, no existe ninguna prueba 100% segura. Por eso, el 'olfato' del médico y la información que aportan las personas que cuidan del paciente siguen siendo de gran ayuda.

Uno de los métodos de evaluación más útiles para el neurólogo es la denominada Clasificación Clínica de la Demencia (CDR, según sus siglas en inglés). También ayuda a tomar la decisión saber cuántos accidentes de tráfico ha sufrido el afectado en los cinco años previos; valorar si se ha vuelto agresivo o impulsivo, cualidades nada recomendables en la carretera; y preguntarle si en los últimos tiempos ha empezado a coger menos el coche.

En cambio, ningún trabajo ha constatado los beneficios de tener en cuenta la propia percepción del enfermo de Alzheimer respecto a su habilidad con el volante o la puesta en marcha de cursillos o estrategias para mejorar su destreza.

Éstas son algunas de las preguntas que el especialista puede plantear al paciente o sus cuidadores con el fin de evaluar su pericia conductora:

El médico también puede pedir a los afectados que den su opinión sobre las siguientes afirmaciones:

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