Capítulo Aragua

viernes, 2 de abril de 2010

La sexualidad en las personas añosas!!!

La sexualidad en las personas añosas(tomado de Sexuality and Older People, Signpost, octubre de 2001)Si Ud. al igual que yo, ha descubierto que el envejecimiento puede ser un proceso relativo (esto no significa que solo le pasa a sus familiares y no a Ud.), resulta interesante notar con cuanta frecuencia movemos los postes-parámetros para redefinir "edad madura o persona añosa", a medida que avanzamos en el camino de la vida.El envejecimiento, ese prejuicio negativo, sutil y perverso hacia un grupo al que finalmente llegaremos a pertenecer, deja poco lugar o estima para la apreciación de la persona en su totalidad o aun de la experiencia que tiene la persona que ha festejado o dejado atrás mas cumpleaños, de los que aun le quedan por celebrar... "Esa persona, enterita, pero mayorcita," deberá incluir el aspecto sexual de lo que es y ha sido y quisiera seguir siendo, o tal vez explorar o llegar a explorar por primera vez...Como seres sexuados, desde antes de nacer hasta el momento en que dejamos de respirar, la oportunidad y el deseo de una expresión sexual puede ir cambiando a través del tiempo, pero su presencia y los deseos de intimidad, pasión, confort, compañerismo y mucho mas no se extinguen con cada nueva velita que soplamos.Por el contrario, al trabajar con hombres y mujeres de dos continentes y a lo largo de dos generaciones con diferente grados de problemas de salud mental, me he encontrado con personas en que el celibato ha sido una elección o una consecuencia de las circunstancias; otros que han disfrutado de una vida sexualmente rica y expresiva y que ahora se contentan con otras formas de expresar su sensualidad sin relaciones físicas; otras que están empezando a batir las alas de su recientemente lograda liberación sexual o aun de identidad tras años de estar a solas o en celibato, después de la muerte o la perdida de un compañero o debido a un cambio en las circunstancias, y aun otros, que han surgido como personas homosexuales en los últimos años de sus vidas. En la mayoría de los casos, los individuos, siguen en la postura de que la sexualidad sigue siendo una parte de ellos, de lo que son, de lo que fueron, a pesar de lo que el mundo o sus hijos adultos piensen, o tal vez hasta lo consideren, un dulce recuerdo o una fantasía de lo que ya fue o lo que hubiera podido ser.Para entender mejor la ausencia de edad o la falta de importancia en lo que respecta a la edad del individuo, pregúntese: ¿con quien hablaría sobre los sentimientos y pensamientos sexuales más íntimos? Y "a que edad seria apropiado que un tercero decidiera sobre su capacidad de permanecer sexualmente activo, alerta o en celibato?". Le sorprenderán sus respuestas? Es interesante notar que, mi experiencia me demuestra que las respuestas son similares en las personas de veinte y pico, o las de ochenta y pico. Y sin embargo, con las mejores intenciones (o para evitar nuestra vergüenza o la de los demás) TOMAMOS decisiones sobre la sexualidad de la persona y con quien elegimos debatir el tema, o lo que es aun peor, lo evitamos completamente, y asumimos que esos temas no existen y los descartamos como si fueran irrelevantes.Simone de Beauvoir dijo una vez: "Las personas añosas tienen los mismos deseos, los mismos sentimientos, las mismas necesidades que los jóvenes, pero el mundo les responde con desagrado." No es ningún secreto que nuestra cultura occidental enaltece la juventud y los medios hablan de la sexualidad como de un territorio exclusivo para los jóvenes, sanos y hermosos. Sin embargo, no nos resulta fácil mantenernos calmos e inalterados cuando un paciente de la edad de nuestro padre (o cuando nuestra bisabuela) nos cuenta su antigua o actual vida sexual. A pesar de todo lo que se diga o haga, nuestro ser sexual y privado sigue siendo privado...También resulta igualmente difícil la situación cuando existen dificultades por demencia u otros problemas mentales y nuestros intentos de prodigar cuidado personal son malinterpretados o se vuelven "sexualizados." Por lo general, esto no es intencional, pero el paciente suele malinterpretar hasta los indicios o guías ya muy conocidos y familiares y las sensaciones que históricamente han resultado o traído como resultado, la excitación sexual y el comportamiento sexual.Considerando las estadísticas de que uno de cada seis adultos ha sufrido abuso sexual, puede haber implicancias que considerar, particularmente, cuando nos enfrentamos a una resistencia casi histérica, a recibir atención/cuidados personales.La mayoría de nosotros disfruta de las experiencias sexuales durante la vida adulta, pero suceden cambios a través del tiempo y a lo largo de nuestras vidas, con la madurez y por las circunstancias. El apetito no suele disminuir o puede apaciguarse o derivarse como resultado del deterioro en el funcionamiento cerebral o por problemas de salud mental. El diagnostico y los desafíos que acompañan toda enfermedad acarreara cambios en los sentimientos sexuales y también en las oportunidades que se presentaran al paciente y a su compañero/a. Cuando hablamos de atención al paciente, lo que podemos describir como "un comportamiento sexual inadecuado", suele ser por lo general, (aunque puede darse) NO que el paciente desee tener relaciones CONMIGO, pero mas bien una combinación compleja de necesidades, perdidas, guías, insinuaciones y respuestas corporales.A medida que trabajamos muy de cerca y en cierto modo, íntimamente, con hombres y mujeres, con diferente rango de enfermedad demencial y otras dificultades mentales, descubrimos que parte de lo que queda tácito (o de lo que no se habla), pero se demuestra, actúa, esta muy enraizado y es de máxima importancia para el paciente. Como parte integral de la persona, su pasado, presente y futuro, resulta crucial que reconozcamos la importancia de la sexualidad para que logren una total sensación de bienestar, en todo momento.Si nos dedicamos a la obtención de objetivos puramente holísticos y centrados en la persona, nos resultará mas conveniente y menos embarazoso evitar totalmente el tema de la sexualidad del paciente. Pero esto también puede resultar un peligro, porque finalmente conducirá a disminuir, en su valoración, a los que cuidamos. O podemos elegir u optar por responder a, apoyar, proteger y validar las necesidades sexuales de nuestros pacientes, en tanto y en cuanto sean seguras y apropiadas.Como nos proponemos hacerlo, depende principalmente de nuestra predisposición como individuos, y ante todo, y primordialmente, cómo manejamos nuestra propia sexualidad e identificar temas tales como: Cómo vemos la sexualidad en los añosos, muchos de los cuales pueden ser nuestros pacientes.Deberá tener en cuenta que nuestros pacientes son personas adultas, individuos, hombres y mujeres. No son simplemente mi abuelo o mi abuela, sino personas, individuales, con personalidad cada uno de ellos. Por eso es que debemos evitar hacer juicios personales tales como: "Si fuera mi madre, nunca la dejaría tomarse de las manos con ese paciente." Tenemos que dar un pasito atrás como profesionales y ser mas objetivos en esa situación. Este enfoque solo podrá funcionar bien dentro de un entorno de apoyo mutuo y practica conjunta, donde el debate, el entrenamiento y la supervisión acerca de y sobre la sexualidad y las necesidades de los pacientes y sus problemas ocupan un sitio muy importante.Puede ser muy útil desarrollar lineamientos o políticas para una mejor practica, incluyendo que es lo que se puede esperar y anticipar, cuando las personas añosas se reúnen y participan de la vida comunitaria, durante breves periodos o para convivir y como responder mejor a ciertas situaciones que pudieran surgir. Esto incluiría trabajar con algunos, supuestos de "que pasaría si....", tanto con el personal y sus posibles pacientes y con sus compañeros o familias a fin de estar preparados con antelación a las potenciales necesidades y decidir cual es la mejor forma de enfrentarlas.Nuestro enfoque debiera crear una sensación de seguridad, sensibilidad y confianza en aquellas parejas que en adelante vivirán separadas, para las que la intimidad sexual seguirá siendo importante para continuar con su relación y mutuo bienestar, cómo también para la expresión de sexualidad y realización de sus necesidades sexuales, en el caso de personas que han enviudado o que están solas. Muy rara vez se da que un paciente o el compañero de este inicie una conversación de ese tenor, con algún miembro del personal. La carga esta sobre nosotros - si declaramos que trabajamos con terapias holisticas, centradas en la persona, integrales - y somos quienes debemos crear el tiempo y el espacio para esos temas y que se traten. Tenemos que dar tiempo para lograr que se forme o se den las respuestas adecuadas a las necesidades ya identificadas. Creo que este enfoque debiera ser parte de la planificación cuando tratamos el ingreso y los cuidados continuos en los ambientes de cuidado formal.No estoy sugiriendo de ninguna manera que tengamos preparado un cuestionario llamado algo así como: "Su vida sexual, historia y preferencias" y se los demos a los pacientes o a sus compañeros, y es muy posible, que jamás en toda su carrera, tenga que hablar directamente sobre estos temas con pacientes, cuidadores o personal, pero el lema de los Boy Scouts: "Siempre listo", siempre ha demostrado ser invalorable. Mas que nada se trata que el personal sea abierto y amplio, que tenga una actitud de aceptación y un enfoque que reconozca la vitalidad de la experiencia humana compartida.Mi experiencia me ha demostrado que cuando cerramos la mente a lo que es posible, sin dudas ocurrirá en forma tal que muchos la percibirán como "chocante", porque no hemos estado alertas y preparados y si es así que entre muchos casos, nos parecerá algo como comportamiento sexual inadecuado o agresivo, hacia otro cliente o personal.. por otra parte, cuando hablamos de nuestra filosofía y el enfoque que damos al cuidado de pacientes añosos que aun siguen teniendo una vida sexual activa o al menos siguen respondiendo a pensamientos y situaciones sexuales (porque son seres humanos), demostramos nuestra sensibilidad y preocupación, creando una alianza que reconoce la realidad del ser humano, en su totalidad, y que tal vez ya no pueda actuar en forma independiente o no este ya mas en total control de su vida, debido a una enfermedad y otras dificultades.Lo que podía haberse prevenido pero fue ignorado puede convertirse en una alarmante serie de eventos que quedan fuera de control y han sobrepasado los limites de la confidencialidad y la dignidad personal, a menudo acarrean consecuencias desastrosas e implicancias y sentimientos negativos, que durarán largo tiempo. Lo mejor es, cueste lo que cueste, no empeñarse en ese viaje tan largo, sino mas bien visitar ese lugarcito que nos queda ahí nomás, a la vuelta de casa.Por supuesto que cada individuo tiene sus propias necesidades sexuales y el entorno en que vive a menudo agrega algo o trae cambios. De igual importancia, la salud y la seguridad y los derechos humanos de todos los involucrados tienen que ser tenidos en cuenta, cruzando se planifican los cuidados. Cuando intentamos la mejor forma de enfrentar las necesidades de nuestros pacientes, a menudo solemos estar renuentes a establecer lineamientos y principios para nuestra comunidad. Sin embargo son necesarios. Los siguientes pueden ser algunos de los casos potenciales en que podamos encontrarnos:
El paciente cuya dignidad se ve amenazada porque se masturba delante de otros.
El paciente que teme que lo lave y lleve al baño una persona del sexo opuesto porque nunca tuvo una experiencia sexual o que por su formación cultural y/o regliosa tiene prohibido todo lo referente a intimidad entre sexos.
El paciente que confunde a otro paciente con un compañero sexual de épocas anteriores y le hace proposiciones inadecuadas.
El cuidador que desea continuar teniendo contacto sexual con su esposo/a, que ya no lo reconoce.
El paciente que se quita la ropa y se exhibe desnudo/a. Estos casos bien pueden describir lo que Ud. ha experimentado en el trabajo o con un pariente o compañero/a, a quien cuida. A pesar de que cada paciente y cada situación merece una respuesta individual, como también un plan de acción y de cuidados totalmente individualizado, es conveniente establecer lineamientos, dentro de su trabajo, que reconozcan las necesidades sexuales de los adultos y determine las limitaciones que protejan los derechos humanos, la salud y la seguridad y dignidad del individuo. El entrenamiento y las oportunidades de tener dialogo abierto entre el personal debiera servir para sostener los lineamientos escritos, para que se conviertan en parte de un plan de cuidados/trabajo y de una forma de ser (un enfoque), y que sirva solo como un ejercicio en papel destinado al ultimo cajón, y para quitarle el polvo en un momento de crisis.Algunos de los comportamientos sexuales de los pacientes (como en muchos adultos) pueden estar basados en hábitos, aliviar el estrés o a una respuesta al aburrimiento y a la ansiedad. Por si, los comportamientos no son amenazas ni desagradables, pero cuando los cambios en el cerebro no permiten que haya una cierta respuesta de inhibición social en el momento apropiado, cualquier actividad que antes se desarrollaba en forma privada, puede ahora y en publico, resultar inadecuada. Nuestra respuesta al paciente y a los demás que están alrededor, puede sin querer hacer una montaña de una insignificancia y provocar respuestas catastróficas en pacientes y familiares.Hay tanta complejidad y riqueza en todo esto, si tan solo estamos dispuestos a abrir nuestros corazones y nuestras mentes, y a escuchar al tercero oído para oír lo que no se dice, teniendo en cuenta a la persona en su totalidad. Después de todo, no nos olvidemos que algún día también seremos pacientes y entonces que es lo que dirá mi compañero/a???Danuta Lipinska, es una consultora independiente para cuestiones relacionadas con envejecimiento, salud mental y cuidados para la demencia, además de una terapista dedicada a la terapia integral de la persona.

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