22-10-2009 a las 20:53:41
El cuidador es el paciente silente. Es un paciente cuya salud física y emocional es tan vulnerable que podría morir antes que el enfermo de Alzheimer. La salud del cuidador depende de su disposición para colaborar con el cuidado del paciente de esta enfermedad.
Raydán Leal
Se deben tomar las previsiones necesarias para evitar complicaciones en los cuidadores.Foto: Vanessa Caldera
A propósito del XII Simposio Interdisciplinario sobre la Enfermedad de Alzheimer y otras demencias, realizado el 15 de octubre de 2009 en el Centro de Arte de Maracaibo “Lía Bermúdez”, en el que la prevención fue la temática principal, se privilegió la acción de difundir todo sobre este mal, y más aún el papel que desempeñan los cuidadores y la importancia de una labor tan comprometida con la salud del enfermo.
La responsabilidad personal y colectiva familiar forma parte de un rol social que cumplen los cuidadores, de manera que la atención frente a su vulnerabilidad como cuidadores debe sustentarse en recomendaciones prácticas para la promoción de la salud integral de éstos.
No obstante, la salud del cuidador también depende de su disposición para colaborar con el cuidado del paciente de Alzheimer. Asdrúbal Huerta, neuropsicólogo, comentó: “Hay que cuidar al cuidador, ya que muchas veces es el paciente silente, y no se toma en cuenta su estado de salud y, al igual que la persona que cuida, se enferma y hasta puede llegar a morir antes que el afectado”.
La Escuela de Cuidadores, espacio concebido por la Fundación ConCiencia (FundaConCiencia) y la Universidad del Zulia, lleva a cabo un modelo educativo que busca reforzar ese principio de salud integral de los cuidadores.
Gladis Maestre, presidenta de FundaConCiencia, comentó que la labor de los familiares en el cuidado de sus afectados es ardua, pues el saber qué hacer depende de cuán informados estén los familiares y de la disposición que manifiesten. “A veces el miedo no deja que las personas busquen la información necesaria ante síntomas que puedan desencadenar o no en una demencia”, precisó Maestre.
Huerta: "El cuidador puede morir antes que el afectado".Foto: Vanessa Caldera
Huerta hizo énfasis en la importancia de salvaguardar la integridad del cuidador, además de tomar en cuenta su salud, también es propicio que su estado emocional y anímico esté adecuado a ofrecer una asistencia integral, en la que no se vea comprometida la vida tanto del afectado como del asistente.
Principalmente el cuidador debe querer, saber, cuidar y tener conocimientos básicos para ayudar al enfermo y tener a su disposición los recursos que necesite, de modo que su familiar pueda permanecer en el hogar el máximo tiempo posible, rodeado de sus seres queridos.
Aunado a esto, debe conocer las dificultades, los síntomas que pueda manifestar el afectado, estar consciente de que va a necesitar ayuda de otros y saber pedirla, y resolver situaciones diversas.
Luis Falque comentó: “Dentro de esta enfermedad no solamente basta el conocer, sino para tratar a la persona hay que ser, hay que tener una función cerebral específica, una sonrisa y una forma de hacer las cosas, de esta forma nos permite tratar a estos pacientes”.
Por su parte, Maestre indicó que los organismos deben preocuparse por brindar una opción tanto para los afectados como a sus cuidadores, llevando a cabo campañas de difusión que informen a la colectividad sobre este mal, y crear y apoyar los servicios necesarios para brindar una asistencia integral, salvaguardando la salud del cuidador.
La figura del psicólogo es trascendental para que el estado emocional, anímico y de salud del cuidador no se vea tan afectado por la enfermedad del afectado. Éste desempeña un papel importante en el apoyo al cuidador, sugerido inclusive por la Organización Mundial de la Salud (OMS), ayuda a aceptar la enfermedad, a convivir con las pérdidas constantes, a preparar ante la muerte; ayuda a asumir nuevos roles y a comprender sus sentimientos y emociones.
De igual forma, los grupos de apoyo también ofrecen este tipo de solución; en ellos la convivencia es razón de peso para drenar todo el sentimiento que pueda mantener interno. No sólo se descubre la posibilidad de hacer mucho por la persona afectada, que no sólo necesita medicación, sino también afecto, cariño, compresión, paciencia y solidaridad.
Ante sentimientos como rabia, ira, culpa, vergüenza, temor y resentimiento, lo mejor es mantener una actitud positiva, mantenerse saludable, aprender lo más posible e integrarse a grupos de ayuda. De esta manera se puede compartir con otras personas en situación similar, se obtiene ayuda y más importante aún tranquilidad.¿Qué hacer cómo cuidador?
Entender sus emociones ayuda a sobrellevar la enfermedad de la persona afectada y a cuidar su estado emocional.
Dé su apoyo y comprensión: hacer todo lo posible para que la persona afectada retenga su dignidad y amor propio es una buena forma de apoyo y comprensión.
Procure asistencia profesional: desde las primeras etapas de la EA, muchos pacientes y familiares pueden beneficiarse del asesoramiento profesional o de la psicoterapia. Los profesionales pueden ayudar con las emociones y los temores que a menudo se asocian con el proceso normal del envejecimiento y con los problemas especiales causados por un diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer.
Manténgase saludable: comer comidas equilibradas, tener mucho descanso y ejercicio para poder mantener en condiciones óptmas el estado físico y emocional.
Aprenda lo más posible: saber qué esperar puede ser de gran ayuda emocional. Informarse sobre la E.A. con anticipación resulta un gran paso para el futuro.
Integrese a un grupo de apoyo: asistir a charlas médicas informativas puede facilitar el cuidado del afectado, ya que a través de éstas se puede conseguir tranquilidad e información práctica.
(Fuente: Fundación Alzheimer de Venezuela).
No hay comentarios:
Publicar un comentario