Capítulo Aragua

miércoles, 24 de marzo de 2010

Canciones para el recuerdo: Enfermos de Alzheimer ejercitan el habla y la memoria mediante la música

Una iniciativa de la Fundación La Caixa basada en la musicoterapia pretende que enfermos de Alzheimer ejerciten el habla, la memoria o la movilidad, y se relacionen con el entorno del que este mal les va alejando. El resultado añadido: conciertos que desatan las emociones.
BARCELONA. Retardar los efectos del Alzheimer mediante el canto coral. Ésta es la iniciativa que desde hace un par de años impulsa la Fundació La Caixa mediante su proyecto «Cantem junts?» con la Coral Albada de Sabadell (Barcelona). Esta coral, compuesta por un grupo de personas mayores afectadas de Alzheimer y otro de jóvenes que hacen de «sombra» de los enfermos, lleva más de un año ensayando y dando conciertos.
El mas importante, el que ofrecieron el pasado mes de septiembre en Vitoria, en el marco del I Congreso Europeo de Musicoterapia; el último, el que dieron el pasado viernes, conjuntamente con la Coral Esplai de Cerdanyola, en el auditorio de CaixaForum, en la montaña barcelonesa de Monjtuïc.
A primera vista, la única peculiaridad que tiene el grupo es de forma. Por razones de la enfermedad de algunos de sus miembros, el ensayo general se retrasa hasta unos pocos minutos antes del comienzo del recital. Y es que esta enfermedad neurodegenerativa afecta al sistema cognitivo de las personas, es decir, que se caracteriza por la pérdida de capacidad intelectual, del lenguaje y la movilidad, aislándolas paulativamente del mundo que las rodea.
Un ensayo mucho antes del momento del estreno supondría más dificultades de las que ya comporta trabajar con este tipo de pacientes. Por lo demás, el ensayo no difiere demasiado de cualquier otro de una coral tradicional: ejercicios de relajación, de vocalización y listos para empezar. Alguien que no conociese la dolencia de algunos de sus miembros no vería las diferencias.
Repertorio corto pero variado
El repertorio del concierto es corto pero variado. La coral interpreta desde canciones populares hasta el archiconocido bolero «Dos gardenias». No son canciones seleccionadas al azar, sino que el hecho de que sean tan conocidas es un medio terapéutico más para que los enfermos ejerciten los mecanismos de la memoria.
Para tratar de frenar el proceso de un mal que, de momento, no tiene cura existen diversas técnicas. Una de ellas, la usada en la Coral Albada mediante la musicoterapia, que ayuda a los enfermos a socializarse a través del canto.
La musicoterapia, desarrollada en los Estados Unidos en la década de los años cincuenta, pretende estimular la memoria de los enfermos de Alzheimer mediante la música. De ahí lo popular de las letras que interpreta el coro. Según los expertos, la música es una fuente de recuerdos y una manera de que, mediante el canto, los pacientes no pierdan la capacidad del habla. La musicoterapia se aprovecha de esas melodías que todos recordamos para estimular la memoria.
La entrada de los familiares de los cantantes desata los sentimientos. Alguno comenta, emocionado, que los verdaderos protagonistas del concierto, los enfermos de Alzheimer, están mucho más tranquilos que sus «sombras» acompañantes: «Mírale allí. El más tranquilo del mundo», dice un familiar.
Pese a todo, los cantantes con Alzheimer de la Coral Albada necesitan cierta ayuda para poder seguir los compases de la canciones. Es ahí donde entran en acción las «sombras» de estos pacientes. Son el grupo de jóvenes voluntarios, uno por cada enfermo, que guían y van vigilando que la obra siga su ritmo.
Los intérpretes de la Coral Albada padecen Alzheimer en fases iniciales y moderadas -niveles 4 y 5 de la escala GDS del Dr. Barry Reisberg-, y su capacidad de memoria empieza a estar mermada. Además, para compensar un posible déficit de voz, el coro también incluye una grupo de personas mayores, con la misma tesitura y tonalidad de voz que los enfermos.
Enderezar el ritmo
La preparación de los conciertos ha sido larga y dificultosa. Tanto «sombras» como personas mayores han estado recibiendo lecciones previas de comunicación para entender mejor a los pacientes del mal de Alzheimer, y eso se nota. Al menor y lógico titubeo de algún cantante durante la pieza, allí está su particular acompañante para enderezar el ritmo o el tono de la melodía sin que se note demasiado.
El final de cada canción de estos enfermos es celebrado con una ovación, y la Coral Esplai Cerdanyola se suma con otra tanda de melodías con la popular habanera «El meu avi» como cierre de la actuación.
El director de la Coral Albada, Óscar Salvador, destacaba al final del concierto el sentimiento que ha despertado el acto. «Mas que nervios, lo que se sentía en la sala era emoción», comenta. Y es que es precisamente esa emoción lo que consigue que los enfermos de Alzheimer vuelvan a relacionarse con los demás.

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