Capítulo Aragua

martes, 6 de marzo de 2012

Cambios Biológicos y Sexualidad en la Vejez


Cambios Biológicos y Sexualidad en la Vejez

Los cambios biológicos y anatómicos en la vejez son condicionantes directos de lasexualidad en la Tercera Edad. Junto con los factores sociales, todas las variables deben entenderse bien para evitar ideas erróneas y maltratos. Se ha de trabajar más por comprender correctamente cómo cambia la sexualidad en los mayores. Nuestro colaborador experto Jose – Ramón Navarro nos explica cuáles son estos cambios y efectos.
cambios la tercera edad que influyen el comportamiento sexual
Ya ha quedado dicho que el comportamiento sexual del anciano depende de muchos factores: salud en general, disponibilidad de una pareja sana, personalidad, nivel de educación y nivel social, actitud sexual previa, intereses y prácticas previas, grado de satisfacción con la vida… La sexualidad del anciano, en fin, debe considerarse en una forma amplia e integral, incluyendo en ella tanto los componentes biológicos, emocionales y sociales.

Por ello se acepta como normal en aquél ciertas manifestaciones del patrón sexual que se consideran estándar en el adulto joven. Es importante entender que las modificaciones físicas y biológicas influyen la disminución del número de coitos, sustituida por el incremento de otras actividades sexuales como las aproximaciones físicas, masturbaciones y relaciones de compañía, de complicidad y de intimidad emocional. Por ejemplo, Kinsey y Col., así como otros investigadores, confirman que la masturbación es bastante común entre los ancianos, con una frecuencia levemente menor que la de los jóvenes. Tan es así que algunos trabajos más recientes (Morley) demuestran que la masturbación es la actividad sexual más frecuente en los varones mayores de 80 años; en tanto que entre el 40 y el 50% de las mujeres independientes mayores de 60 años practican esta actividad y hasta un 8% de ellas se masturban con una frecuencia semanal. La prevalencia de la masturbación se explica en muchos casos por la unión con una pareja ya incapacitada y por la frecuencia de la viudez en edades avanzadas. Esto, unido al rechazo social que existe hacia la formación de una nueva pareja serían factores que propiciarían la satisfacción sexual mediante la masturbación.
Cese de la actividad sexual: no tiene un hito rigurosamente cronológico, sino que depende de los factores conocidos: estado de salud y grado de incapacidad física y mental (tanto del sujeto como de su pareja), la frecuencia y calidad de las relaciones sexuales previas, la adaptación o no a los cambios fisiológicos de la vejez, la situación afectiva con el otro y con otras personas; así como de los cambios del papel social del anciano, como la viudez, cambio de domicilio e institucionalización.
Cambios anatómicos y funcionales: Además de los efectos que las enfermedades y la yatrogenia tienen sobre la vida sexual del anciano, los factores que acompañan el devenir de la vida del ser humano provocan cambios en la actividad y práctica de la sexualidad de las personas senectas que resultan un tanto distintas a las del adulto joven, pero no necesariamente su desaparición.
Principales cambios anatómicos en los órganos sexuales: En el varón: ángulo peneano-abdominal; ascenso testicular con la erección, disminuido; tal vez aumento del tamaño prostático. En la mujer: disminución del tamaño de los ovarios, trompa y útero; disminución de la longitud de la vagina; atrofia de la mucosa del endometrio, cuello y vagina.
Principales cambios funcionales en los órganos sexuales: En el varón: erección más lenta e incompleta; descenso rápido de la erección tras la eyaculación; orgasmo de corta duración; frecuente eyaculación retrógrada; periodo refractario tras la eyaculación prolongado. En la mujer: disminución de las hormonas sexuales circulantes; disminución de la lubricación vagina; orgasmo de corta duración; disminución del número de contracciones orgásmicas; rápido descenso tras el orgasmo. (Adaptado de Ribera Casado, J.M. y Cruz Gentof, A. J. GERIATRÍA. Madrid, Editorial Idepsa, 1992)
Factores Biológicos: se reconocen cuatro fases en el ciclo sexual humano: Excitación, Plateau, orgasmo y resolución. En el hombre anciano estas fases se ven expresadas en que la duración e intensidad de su ciclo sexual cambia incluso en ausencia de factores patológicos.  Fase de excitación: necesita más minutos que el joven para logar la erección y ésta es menos firme. Además, se reduce la respuesta visual y táctil respecto a los jóvenes. Fase de Plateau o meseta: es más larga, por disminución de la fuerza del músculo clemaster con disminución de la elevación testicular. Fase de orgasmo: es más corta y con menor volumen de líquido seminal. Fase de resolución: la pérdida de volumen peneano es más rápida y el periodo refractario está alargado.
En la mujer anciana los factores biológicos también se expresan en las fases mencionadas. Todas las fases del ciclo se mantienen, pero con una intensidad menor. Fase de excitación: la fase de la expansión y lubricación de la vagina está alargada. Fase de Plateau: la elevación del útero está disminuida, la duración e intensidad a la estimulación sexual para lograr un orgasmo está aumentada. Fase de orgasmo: las contracciones musculares en el orgasmo existen, pero están disminuidas en número e intensidad, pudiendo haber contracciones dolorosas. Fase de resolución: está más alargada que en las jóvenes y presentan una reducción de la capacidad de multiorgasmos.
Factores hormonales: La testosterona juega un papel secundario en la reducción de la capacidad sexual, siendo mucho más importante las vías monoaminérgicas del sistema nervioso central, las que, al estar alteradas en el envejecimiento son menos sensibles a la acción de los andrógenos. Estos cambios deben ser conocidos, tanto por el personal sanitario como por los propios ancianos, evitándose así una interpretación errónea de los mismos, que pueda repercutir negativamente sobre la actividad de este grupo etáreo. Este conocimiento permitirá una mejor adaptación a los cambios fisiológicos del proceso de envejecimiento y la adaptación de la actividad sexual de la pareja de ancianos a dichos cambios permite una sexualidad más completa, positiva y gratificante. A los cambios derivados del envejecimiento fisiológico pueden sumarse –y de hecho lo hacen en muchos casos- los efectos de patologías orgánicas crónicas y así también el consumo de fármacos. Las enfermedades crónicas pueden cambiar el comportamiento sexual del anciano porque causan secuelas físicas y psicosociales y los fármacos también porque alteran el sistema hormonal o producen trastornos de las respuestas tisulares a estímulos varios. El resultado puede consistir en la aparición de algún grado de discapacidad.
Escrito por: José – Ramón Navarro

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