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El residente con Alzheimer no tiene la misma aptitud que nosotros de traducir su estado de bienestar o de malestar. Le faltan las palabras. Ya no es capaz de formularlos. Es muy importante para Vd. detectar las señales que traducen el estado de la persona que cuida.
Todos tenemos un sentido agradable cuando las cosas y la vida van bien y desagradable cuando la vida va mal. También el residente Alzheimer, pero él lo traduce de una forma distinta.
Uno de los característicos de la Enfermedad de Alzheimer es que, en el curso de su evolución, los cambios de humor aparecen de forma brusca, hasta en el mismo día; por lo cual debemos estar atentos a estas modificaciones y, por supuesto, buscar la causa de un estado de malestar.
¿Cuáles son las señales de “bienestar”?
Hay que buscarlas en el comportamiento del residente a lo largo del día. Traducen el “bienestar”:
- Su actitud positiva
El no se queda sentado sin moverse. Es activo, toma sus propias decisiones (salir de paseo, se levanta con el fin de ayudar a los demás, participar en actividades de grupo, etc.). Esta dinámica positiva sólo existe o se manifiesta cuando el residente ha tomado la medida de su entorno y se siente confortable con él. Esta actitud positiva también se manifiesta por
- Su calor y su afección
El le da ayuda emocional a Vd. y/o a los demás miembros del equipo y responde a las muestras de calor o afección que se le proporciona. Es habitual ver a dos residentes, cogidos del brazo paseándose por los pasillos.
- Su deseo de demostrar su utilidad
Es el hecho de ayudarle de forma espontánea o voluntaria. Cuando Vd. está realizando las tareas de limpieza o de aseo, él le ayuda a hacer la cama, a poner los objetos del aseo en su sitio, etc. Esta participación demuestra que se siente capacitado para ayudar y entender la finalidad de la actividad.
- Su deseo de demostrar su creatividad y comprensión
Lo demuestra a través de actividades como cantar, bailar, hablar, jugar a las cartas.
Vd. debe tener la mente en alerta, ser capaz de notar estos elementos y de darle la traducción adecuada. A veces tendremos a un residente que nos dice: “Esta mañana estoy mal. No me siento bien”, cuando su actitud demuestra lo contrario.
¿Cuales son las señales de “malestar”?
De la misma forma, los residentes Alzheimer tienen gran dificultad para traducir un estado de malestar (y por supuesto dar las razones). Traducen su malestar:
- Las conductas incoherentes
En este caso, el residente no suele recurrir a las palabras contando lo que ocurre ni a gestos indicando donde sufre. Pero lo manifiesta como puede: llorando, agitándose, gritando. Frente a un comportamiento que ninguna causa evidente explica, siempre hay que buscar sistemáticamente lo que puede crear molestias físicas y dolor.
- Su estado tenso o nervioso
Es la forma habitual de traducir su ansiedad, su malestar, su inseguridad. Si varias personas (incluso miembros de la familia o amigos) están juntas en la habitación de su familiar, éste puede estar ansioso porque no soporta el ruido, no entiende lo que se dice, piensa que está rodeado de extraños. Se pondrá nervioso, inquieto, tenso. Hay que finalizar la visita y dejarle en la tranquilidad de su habitación.
A veces, camina todo el día, habla sin cesar, pone objetos en la boca (botones de sus prendas, hojas, tierra de las plantas).
Si se encuentra en la cama, juega con las sábanas, con sus cabellos, con sus zapatillas. Es su manera de transmitir su ansiedad.
Las señales de “malestar” se manifiestan porque las personas afectadas son incapaces de explicar lo que sufren y dónde sufren. Recordamos que la mayoría son ancianos, a veces de más de 80 años. Además de la EA, pueden padecer la patología habitual de esta edad: sufrir de las articulaciones cuando tienen artritis, sufrir al caminar por los callos de los pies, padecer un estreñimiento doloroso.
- La aparición de tristeza
Traduce a menudo la sensación de soledad. No mantiene conversaciones con los demás residentes.
- La apatía y la pasividad
Se queda en la cama durante horas. No quiere levantarse. Se queda sentado en una silla. Se niega a comer o come poco. Se niega a beber.
Rehúsa toda comunicación. Cierra los ojos, da la impresión de ser “ausente”. Si queremos obligarle a hacer algo, se defienda; incluso nos quiere pegar.
Puede ser una señal de depresión, trastorno del humor muy frecuente a lo largo de la enfermedad de Alzheimer.
- Su irritabilidad y su agresividad
Es otra forma de traducir el rechazo del entorno, la imposibilidad de darse a entender, o de lograr algo que él quiere, su sensación de vivir en un universo hostil. Hay que recordar que llama su atención con la única forma que le quede de manifestarse.
Cualquiera de estos comportamientos requiere que Vd. busque – y encuentre – la razón o las razones que pueden explicar tal comportamiento. Puede ser una investigación larga que necesita una consulta médica.
Ya encontrada la causa, se puede actuar y las cosas vuelven a su cauce
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